En el marco del XXVI Consejo Político de la ALBA-TCP en Nueva York, el canciller Yván Gil, destacó una necesidad estratégica para la región. Subrayó que la unidad de Latinoamérica y el Caribe es esencial para defender el territorio continental frente a las amenazas de potencias extranjeras.
El diplomático venezolano fue contundente al afirmar que esta unidad no es una simple aspiración romántica. Por el contrario, la definió como «una necesidad estratégica» y «el camino para defender nuestro territorio». Ante las tormentas geopolíticas, la región debe elegir entre navegarlas de manera fragmentada o hacerlo como un bloque unido.
Como eje central de esta defensa, el canciller propuso elevar la proclama de América Latina como Zona de Paz. Este principio rector, adoptado por la Celac en 2014, se presenta como una herramienta política clave para salvaguardar la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Desde esta perspectiva, Gil exigió el respeto al principio de no injerencia en los asuntos internos de otros estados. Rechazó rotundamente cualquier mecanismo de presión o coerción externa destinado a forzar cambios de régimen o alterar el orden constitucional en los países de la región.
El alto funcionario ratificó que la defensa de esta Zona de Paz equivale a la defensa de la autodeterminación. La concibe como un escudo contra la injerencia y una garantía para la estabilidad interna de las naciones, abogando por un mundo libre de estas amenazas.
El mensaje desde el ALBA-TCP es claro: la unidad regional es el instrumento indispensable para proteger la soberanía. Frente a un escenario global complejo, la integración se perfila no como una opción, sino como una obligación para defender la independencia y el derecho a elegir el propio destino.
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