Un devastador sismo de magnitud 6.0 sacudió el este de Afganistán, dejando un preliminar de más de 600 personas fallecidas y aproximadamente dos mil heridos. El movimiento telúrico, de gran intensidad, ha causado una de las mayores tragedias humanitarias recientes en la región.
El desastre se concentró en varios distritos de la provincia de Kunar. Ihsanullah Ihsan, director de Información y Cultura de la provincia, detalló que los distritos de Nurgal, Sawkay, Watapur, Dara Pech y Chapi Dara son los más afectados, con cientos de viviendas destruidas bajo los escombros.
Las operaciones de rescate se encuentran en marcha, pero enfrentan serias dificultades. Los equipos de emergencia trabajan contra reloj para localizar sobrevivientes, aunque los deslizamientos de tierra han bloqueado carreteras clave, complicando el acceso a las provincias de Kunar y Nuristán.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ubicó el epicentro a 27 km al este de la provincia de Nangarhar, a una profundidad de solo ocho kilómetros. Esta poca profundidad amplificó significativamente el poder destructivo del temblor, que se sintió con fuerza en varias provincias e incluso en la capital, Kabul.
El portavoz del Gobierno, Zabihullah Mujahid, confirmó que los equipos de apoyo del centro y de provincias cercanas se están movilizando hacia la zona. «Se utilizarán todos los recursos disponibles para salvar vidas», declaró, describiendo los esfuerzos de rescate conjuntos entre autoridades y residentes locales.
La comunidad internacional comienza a observar la magnitud de la catástrofe, mientras Afganistán, ya golpeado por una profunda crisis económica y humanitaria, se enfrenta a la ardua tarea de rescate y reconstrucción. La ayuda urgente se considera vital para atender a los miles de heridos y damnificados.
T/RNV
