Durante una rueda de prensa, el fiscal general de la República Bolivariana de Venezuela, Tarek William Saab, presentó impactantes testimonios de connacionales que sufrieron torturas, golpes y tratos crueles en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador. Los relatos detallan abusos físicos y psicológicos, incluyendo impactos de perdigones, privación de alimentos y amenazas constantes.
Los venezolanos aseguran que eran maltratados por acciones cotidianas como bañarse, hablar o pedir permiso. «Nos daban una reprimenda, nos caían a golpes», denunciaron. Además, revelaron que al realizar una huelga de hambre para protestar, la respuesta fue violenta: «Nos respondieron con balazos, perdigones y bombas lacrimógenas». También denunciaron condiciones infrahumanas, como dormir en celdas de metal sin colchones ni sábanas.
Los afectados acusaron que los custodios los golpeaban salvajemente incluso en presencia de médicos. También fueron obligados a mentir frente a miembros de la Cruz Roja, mientras mostraban marcas de esposas en sus muñecas. «Nos torturaban de distintas maneras y el olor a heces putrefactas nos estaba enfermando», declaró Maiker Espinoza, padre de la niña Maikelys Espinoza.
Maiker Espinoza denunció que el trato vejatorio se debía a su nacionalidad y apariencia: «Fuimos tratados de manera injusta y denigrante solo por ser venezolanos y tener tatuajes». Otro testimonio, el de Charlie Michelle González, detalló que les negaban cubiertos para comer y que recibió un impacto de bala en la ceja sin provocación alguna.
Neri José Suárez, uno de los 252 venezolanos retenidos, resumió el calvario vivido: «Maltrato físico, psicológico, sin acceso a una llamada ni derechos humanos». Las víctimas exigen que estos hechos no queden en la impunidad y esperan que organismos internacionales intervengan para garantizar justicia.
T/RNV
