Plantear soluciones para reducir los efectos devastadores del cambio climático se ha convertido en uno de los mayores desafíos para los gobiernos del mundo.
Los últimos cuatro años han sido los más calurosos de la historia, los niveles del mar están subiendo, las fluctuaciones meteorológicas amenazan la producción de alimentos, los arrecifes de coral mueren y se está empezando a evidenciar el impacto fatal en la salud a través de la contaminación del aire.
Es por ello que el cambio climático será uno de los temas centrales a debatir en el 74° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
Este lunes, un día antes que inicie el debate general, el secretario general de la ONU, António Guterres, presidirá la Cumbre para la Acción Climática, un espacio donde se les pedirá a los Estados miembros planes concretos y realistas para mejorar su contribución con miras al año 2020, siguiendo la directriz de reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en un 45% en los próximos diez años y a cero para el 2050, todo enmarcado en el acuerdo de París de 2015 del cual Estados Unidos se retiró en 2017.
“Quiero que me informen sobre cómo vamos a frenar el aumento de las emisiones para 2020 y cómo vamos a reducir las emisiones drásticamente para alcanzar cero emisiones en 2050”, expresó el Secretario General de la ONU.
El Protocolo de Kioto adoptado en 1997 en Japón y puesto en vigor de 2005 hasta en 2013, forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y tiene como objetivo precisamente reducir las emisiones de estos gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
No obstante, países como Estados Unidos responsables en mayor medida del deterioro acelerado del medio y de los fenómenos naturales, luego de firmar sus compromisos ante el organismo internacional, se rehusaron a adquirir sus obligaciones en el mencionado tratado por temor a sufrir deterioros en sus modelos económicos.
La decimoctava Conferencia de las Partes sobre cambio climático ratificó el segundo periodo de vigencia del Protocolo de Kioto desde el 1 de enero de 2013 hasta el 31 de diciembre de 2020. Sin embargo, este proceso denotó un débil compromiso de los países industrializados, los cuales decidieron no respaldar la prórroga.
En este sentido el secretario general de las Naciones Unidas destacó también que para que sean efectivos y fiables, los planes no pueden enfrentarse a la reducción de forma aislada, por el contrario deben mostrar una vía hacia la transformación completa de las economías siguiendo los objetivos de desarrollo sostenible, tampoco debe aumentar la desigualdad económica. “Tienen que ser justos, crear nuevas oportunidades y proteger a aquellos que se ven afectados por los impactos negativos para una transición justa”.
La Cumbre reunirá también al sector privado, sociedad civil, autoridades locales y otras organizaciones internacionales para desarrollar soluciones ambiciosas en áreas como: la transición global hacia energías renovables; infraestructuras y ciudades sostenibles; la agricultura y ordenación de océanos y bosques.
T/Prensa Vicepresidencia
