El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó su compromiso con la paz y el diálogo frente a la presión militar de Estados Unidos contra Venezuela. El mandatario brasileño se refirió específicamente al despliegue naval estadounidense en proximidades de las aguas territoriales venezolanas, manifestando que su país «estará del lado que siempre estuvo, del lado de la paz».
Durante sus declaraciones, el presidente Lula destacó que la guerra solo conlleva destrucción y pobreza, afirmando que cuando hay divergencias entre naciones, lo mejor es sentarse en una mesa de negociación para dialogar. Reiteró que Brasil rechaza categóricamente cualquier tipo de conflicto internacional y aboga por soluciones diplomáticas.
Por su parte, el ministro de Defensa brasileño, José Múcio, expresó preocupación por los movimientos militares de Estados Unidos hacia Venezuela. El funcionario afirmó que Brasil está preocupado por su frontera, para que no se transforme en una trinchera, subrayando que el país invierte en sus Fuerzas Armadas para proteger su territorio, no para intervenir en conflictos externos.
Múcio calificó la situación como una disputa que compete principalmente a Washington y Caracas, expresando su deseo de que se alcance una pronta resolución pacífica. El ministro recalcó que Brasil mantiene su postura pacífica y busca evitar que la frontera terrestre con Venezuela se militarice.
Brasil forma parte de los países firmantes de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en 2014 durante la Cumbre de La Habana. Esta declaración se orienta a garantizar la estabilidad y la cooperación regional, fomentando el diálogo entre los países miembros.
La proclama establece el rechazo al uso o la amenaza de la fuerza, en línea con la Carta de las Naciones Unidas, para consolidar una región libre de intervenciones y conflictos. Este marco legal refuerza la posición diplomática que Brasil ha adoptado frente a la actual situación entre Estados Unidos y Venezuela.
El gobierno brasileño continúa promoviendo activamente el diálogo y la paz como pilares fundamentales de su política exterior, manteniendo su tradición de neutralidad y mediación en conflictos regionales. Esta postura refleja el compromiso histórico de Brasil con la estabilidad y la cooperación en América Latina.
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