El presidente ruso, Vladímir Putin, en una entrevista con la agencia Bloomberg, dijo que la disputa territorial por las islas Kuriles que mantienen Rusia y Japón, surgió como resultado de la Segunda Guerra Mundial y no está sujeta a revisión.
«Nosotros no comerciamos con territorios», señaló Putin al ser preguntado si Moscú estaría dispuesto a renunciar a una de las islas Kuriles con el fin de llegar a una solución política y mayor cooperación económica con Tokio. Sin embargo, añadió que la clave para resolver este diferendo sería un tratado de paz con Japón.
Rusia y Japón no firmaron un tratado de paz tras la guerra soviético-japonesa de 1945. De facto, este conflicto terminó al mismo tiempo que la Segunda Guerra Mundial, el 2 septiembre de 1945, cuando los representantes de Tokio firmaron el acta de rendición incondicional. Formalmente el estado de guerra entre la URSS y Japón terminó en 1956, con una declaración conjunta firmada en Moscú. Pero nunca se firmó un tratado de paz debido a la disputa territorial que mantienen ambos países.
Japón reclama cuatro islas del archipiélago de las Kuriles en virtud de un tratado bilateral de 1855 y pone como condición para la conclusión del tratado de paz la devolución de las islas. Sin embargo, la postura de Rusia es que estas se convirtieron en parte de la Unión Soviética como resultado de la Segunda Guerra Mundial y que la soberanía rusa sobre las islas, que cuenta con fundamento legal internacional, no puede ser cuestionada ni revisada.
«Abrir la caja de Pandora»
Putin añadió que el tema de las islas Kuriles «seguramente» se abordará en la reunión que este viernes mantendrá con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en la ciudad de Vladivostok, Lejano Oriente de Rusia. Asimismo, el mandatario señaló que Moscú está dispuesto a alcanzar «algún compromiso en el que ninguna de las partes se sienta vencida o vencedora».
Por otro lado, cuando el entrevistador, en broma, preguntó si Rusia estaría dispuesta a entregar la soberanía de la región de Kaliningrado, el presidente advirtió que esto significaría «abrir la caja de Pandora».
«Si alguien está dispuesto a reconsiderar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, discutámoslo. Pero entonces tendremos que discutir no solo sobre Kaliningrado sino de todo; sobre las tierras del este de Alemania, sobre (la región ucraniana de) Lvov, que formaba parte de Polonia, sobre Hungría, Rumania, etc.», finalizó el líder ruso.
T/RT