En un acto de significativa importancia para la vida espiritual de la nación, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, recibió los símbolos enviados por el papa León XIV con motivo de la reciente y histórica canonización de los primeros santos del país. Esta entrega representa un reconocimiento a la profunda devoción del pueblo venezolano.
Los símbolos recibidos por el mandatario nacional incluyen la medalla de San Pedro y el libro de misa de la canonización. Estos objetos exaltan la vida cristiana y la obra de San José Gregorio Hernández y la Santa Madre Carmen Rendiles, cuyas figuras son centrales en este hito religioso.
Junto a estos emblemas, también le fue entregada al Presidente la bandera de la delegación venezolana que viajó a Roma para ser partícipe del acontecimiento. Además, se le hizo entrega de una réplica del cuadro que fue presentado al papa León XIV, una pieza que representa a los nuevos santos de la nación.
La alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez, quien formó parte de la comitiva en el Vaticano, resaltó la inmensa alegría que embargaba al pueblo venezolano. En su intervención, informó que aproximadamente cuatro mil venezolanos viajaron hasta la Ciudad del Vaticano para presenciar en persona este momento espiritual de gran trascendencia.
Meléndez también se refirió al sentimiento que unió a los compatriotas en la Santa Sede, describiéndolo como una profunda muestra de amor y fe. Destacó que la congregación tuvo como propósito rendir un merecido homenaje a estas figuras, ahora consideradas ejemplares y venerables para la Iglesia Católica tanto de Venezuela como del mundo entero.
Por su parte, el presidente Nicolás Maduro calificó los eventos del pasado domingo como «maravillosos». Subrayó un hecho particularmente relevante: es la primera vez que un mismo país recibe simultáneamente la canonización y santificación de un hombre y una mujer. Este doble reconocimiento, en su opinión, marca un hito sin precedentes en la historia religiosa de la nación.
Este evento no solo consolida la fe de una nación, sino que también sella un vínculo espiritual con la Santa Sede, proyectando internacionalmente la devoción y el legado de dos venezolanos cuya vida es ahora modelo de santidad para los creyentes.
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