Los líderes del bloque BRICS se han reunido en una cumbre virtual convocada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para abordar las crecientes tensiones con Estados Unidos. El objetivo principal es responder de forma conjunta a los recientes aranceles impuestos por la administración de Donald Trump y, de paso, reafirmar la postura del grupo a favor de un mundo multipolar.
La cita, celebrada en formato de videoconferencia, contó con la presencia confirmada de los líderes de los países miembros, incluyendo a Vladímir Putin de Rusia y Xi Jinping de China.
La iniciativa de Lula de buscar una respuesta unificada surge tras la decisión de Washington de imponer un arancel del 50 por ciento a las importaciones brasileñas. El mandatario ya había expresado su intención de contactar a sus homólogos de India y China para discutir el tema, dejando en claro que no entablará conversaciones directas con Trump. El presidente brasileño ha sido enfático en su posición, afirmando que no se «humillará» ante las presiones de Estados Unidos.
La cumbre contó con una destacada participación. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó la asistencia de Vladímir Putin, mientras que el vocero de la Cancillería india, Randhir Jaiswal, ratificó la fecha de la reunión. Desde Sudáfrica, el portavoz presidencial, Vincent Magwenya, también confirmó la presencia de Cyril Ramaphosa. Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, se unió a la cumbre desde Beijing, donde se esperaba que pronunciara un discurso de gran relevancia.
Más allá de los aranceles, una de las principales propuestas que se debaten es la de avanzar en la creación de una moneda alternativa al dólar estadounidense para el comercio internacional. Esta iniciativa es un tema recurrente en las discusiones del bloque y, según algunos analistas, podría ser la verdadera razón detrás de las recientes sanciones de Trump. El presidente estadounidense ya había criticado esta idea durante la cumbre del BRICS en Río de Janeiro, demostrando el nivel de incomodidad que le genera esta propuesta al gobierno de Washington.
La tensión escaló en vísperas de la cumbre, cuando Lula da Silva se dirigió a la nación en un discurso por el Día de la Independencia de Brasil. En su intervención, el mandatario reafirmó la soberanía del país, declarando con firmeza que «no somos ni volveremos a ser colonia de nadie». También dejó claro que Brasil «no aceptará órdenes de nadie» y que «resistirá ante cualquiera que intente golpear» la democracia de la nación, en clara alusión a las injerencias de Estados Unidos.
En este contexto, la cumbre del BRICS no solo busca una respuesta económica, sino también una declaración política contundente. La coordinación de los líderes de las economías emergentes más grandes del mundo subraya su intención de fortalecer la multipolaridad y reducir la dependencia del dólar. El encuentro virtual es un claro reflejo de la unión del bloque para defender sus intereses y soberanía frente a las políticas proteccionistas y unilaterales de potencias como Estados Unidos.
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