Las ollas populares en Argentina dejaron de recibir donaciones estatales por parte del Gobierno de Javier Milei, el cual aplicó dicho cambio en diciembre de 2023. Por ende, tales establecimientos atraviesan una crisis profunda, ante la falta de políticas públicas que apoyen a los sectores más vulnerables, y la creciente desigualdad alimentaria que impacta el funcionamiento de estas organizaciones que previamente recibían donaciones semanales de alimentos frescos, como carne, frutas, verduras y huevos, además de alimentos secos.
La líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y encargada de una olla popular en la localidad bonairense de Villa Caraza, Rosa Ramos, describió la situación que atraviesan los comedores populares: «Lamentablemente tenemos un techo donde no podemos abastecer esos tuppers. Hay mucha gente que nos queda colgada, que no los podemos suplir y es re triste», expresó. «Después de diciembre se corta todo. Ahora todo depende de las voluntades, que como siempre son las voluntades de quienes menos tienen», afirmó Ramos.
El comedor de Villa Caraza, que originalmente atendía a vecinos del barrio, recibe a personas de zonas cercanas como Lomas de Zamora, Lezama y el barrio 9 de Julio. La cantidad de gente que se presenta para solicitar comida aumentó significativamente, y las raciones disponibles son cada vez más limitadas.
«Hay días donde no alcanza para todos. Es un bajón porque cuando decimos ‘llegaste tarde’, no podemos hacer nada. A veces nos parte el corazón», relató Ramos, quien aseguró que en reiteradas ocasiones los comensales traen sus propios recipientes dispuestos a llevar comida para sus hijos, pero no todos pueden ser atendidos. «¿Cómo podés pensar en el futuro cuando estás luchando por que alcance la comida? Es imposible pensar en algo más cuando la panza está vacía», reflexionó Ramos.
T/VTV/RNV