Se cumplen 8 años del infame decreto de Obama contra Venezuela

Los venezolanos conmemoraron este jueves el Día del Antiimperialismo Bolivariano, declarado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, con el objetivo de honrar la posición patriota del pueblo en contra de las acciones injerencistas de Estados Unidos (EE.UU.)

El 9 de marzo de 2015, el entonces presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Barack Obama, firmó un infame “decreto” contra la soberanía y los derechos humanos de los venezolanos, al declarar que “Venezuela es una amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional de la nación norteamericana, abriendo las puertas a una insólita agresión, abierta y criminal, con las pretendidas y mal llamadas “sanciones” que han provocado pérdidas milmillonarias a la República Bolivariana.

No obstante, a 9 años de aquella imposición imperial, y tras el fracaso del intento del “cambio de régimen” que pretendió conseguir con dichas medidas coercitivas y con el derrotado títere, el presunto “presidente interino”, autojuramentado en una plaza de Caracas, al régimen imperial que gobierna EE. UU. no le queda otra opción que seguir renovando cada año una mentira histórica.

En este sentido, parte del comunicado refiere que el Gobierno Bolivariano condena la afirmación infundada de que Venezuela representa algún tipo de amenaza contra la nación estadounidense, “aún más cuando es evidente que ha sido Venezuela el país que ha tenido que enfrentar una multiplicidad de amenazas, chantajes, agresiones y ataques que vulneran los derechos humanos de todo el pueblo venezolano”.

“¡Obama, deroga el Decreto YA!”

INFAMIA IMPERIAL | A 8 años del decreto de Barack Obama continúa agresión contra Venezuela tras fracaso del títere interino y las mal llamadas sanciones

En el mismo momento de conocerse esta bufonada antijurídica norteamericana, que viola la Ley Internacional y los derechos humanos de los venezolanos y de los pueblos del mundo en general, hace 8 años los venezolanos y venezolanas emprendieron una campaña bautizada: ¡Obama, deroga el Decreto YA!”, que recogió más de 10 millones de firmas tanto en Venezuela como en la región latinocaribeña.

A raíz de esta demostración de dignidad, Obama pareció recular y llegó a afirmar que, en realidad, Venezuela no es amenaza para EE. UU.

“No creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos y Estados Unidos no es una amenaza para el Gobierno de Venezuela”, dijo en una declaración, en horas previas al inicio de la séptima Cumbre de las Américas en Panamá, en abril de 2015.

Pero, cínicamente, renovó el infame decreto varias veces, mientras el brutal bloqueo criminal escalaba cada día, con el abierto objetivo de construir una causa artificial que provocara una “crisis” inducida y culpar de ello al Gobierno Bolivariano a cargo del presidente Nicolás Maduro Moros, elegido en elecciones constitucionales sobrevenidas en abril de 2013.

Con esta mascarada, Obama continuó atentando y agrediendo a Venezuela, pues en febrero de 2015, un mes antes de firma la pretendida orden ejecutiva, había dicho públicamente una confesión que lo incriminaba en delitos de lesa humanidad a él y a los gobiernos de ese país:

“Tenemos el Ejército más fuerte del mundo y ocasionalmente tenemos que torcer el brazo a los países que no quieren hacer lo que queremos que hagan, si fallan otros mecanismos de presión como económicos, diplomáticos y a veces militares“.

Derecha apátrida avala la infamia:

La aventura antidemocrática de un “cambio de régimen” inició en Venezuela en diciembre de 2015, paradójicamente tras la victoria electoral parlamentaria de la oposición de derecha que obtuvo mayoría en la Asamblea Nacional (AN), y que pasó cinco años como un caballo de troya para los intentos golpistas y desestabilizadores.

El 5 de enero de 2016, cuando asumió la presidencia del Poder Legislativo el diputado adeco Henry Ramos Allup, dejó ver lo que vendría más adelante, al establecer un plazo máximo de seis meses para concretar un cambio forzado de gobierno.

Con estas declaraciones, el dirigente hizo patente que la derecha venezolana se alineó a las directrices estratégicas ilegales del Gobierno de los Estados Unidos, y convirtió a la AN en una instancia en desacato constitucional contumaz, arrodillada al imperio, que se dedicó a entregar al país y sus recursos en el exterior.

 

T/RNV WEB