
Un niño indígena colombiano, de un año y 9 meses, murió el domingo 28 de noviembre, por falta de atención y la exposición a bajas temperaturas, en un campamento ubicado en el Parque Nacional de Bogotá, donde la comunidad indígena Embera, permanece para exigir sus derechos.
Pese a que el secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, declaró que el niño falleció por “falta de voluntad de la familia y el grupo social que lo acompañaba”, María Violet, líder del pueblo indígena denunció que la comunidad emitió un alerta sobre las condiciones de salud de todo el grupo y solicitó un equipo permanente de atención, pero no fueron escuchados por las autoridades colombianas.
El defensor del Pueblo, Carlos Camargo, expresó que la muerte del menor no tiene «justificación alguna» y pidió a las autoridades judiciales investigar lo ocurrido. Recordó que la Defensoría del Pueblo, solicitó «insistentemente» instalar una unidad de salud permanente en el campamento, garantizar alimentación y atención adecuada a los niños y niñas.
Desde finales de septiembre, un grupo de alrededor de 1.000 indígenas Embera, se asentó en el parque, como medida de protesta para demandar atención del Gobierno Nacional y Distrital en materia de salud, educación y vivienda.
T/RNV Web/MC