Diablos Danzantes de Venezuela enaltecen la tradición ancestral

Telas multicolores, estampados, máscaras elaboradas con mucha creatividad, donde se representan animales fantásticos y de aspectos feroces, son algunos de los elementos que engalanan los trajes de las cofradías de los Diablos Danzantes de Venezuela durante la manifestación religiosa de Corpus Christi realizada cada año, a los 9 jueves después del domingo de Resurrección.

Por fuera Diablos, por dentro impregnados de fe, espiritualidad y devoción, esta tradición aparece por las calles recreando el triunfo del bien sobre el mal, con la rendición del diablo y el pecado ante la presencia del Santísimo Sacramento del Altar. Fue decretado Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad el 6 de diciembre de 2012, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En el país existen 11 cofradías desplegadas en los estados Miranda, Vargas, Carabobo, Aragua, Cojedes y Guárico. Reconocidas como los Diablos Danzantes de Yare, Naiguatá, Ocumare de la Costa, Chuao, Turiamo, Cuyagua, Cata, Tinaquillo, Patanemo, San Millán y San Rafael de Orituco. A través de ellas propios y turistas pueden vivir la experiencia de uno de los patrimonios culturales más trascendentales, llenos de tradición, color y devoción, que muestran la espiritualidad de las joyas culturales de Venezuela.

Unas de las cofradías que albergó la primera celebración religiosa de los Diablos fue San Francisco de Yare, el diablo con más tradición. Según la historia, la intensa sequía del año 1740 trajo consigo que los negros desesperados por el miedo de perder la cosecha, le pidieran a Dios que lloviera; lo que ocasionó en ese año un torrencial aguacero y en agradecimiento los negros ofrecieron vestirse de diablos.

El traje de los Diablos Danzantes de Yare está constituido por una camisa y un pantalón color rojo estampado. Sus máscaras las elaboran con la técnica de papel engomado en capas sucesivas sobre un molde y luego son policromadas, destacando sus impactantes rasgos con colores amarillo, negro y rojo.

La diablada inicia el recorrido por todo el pueblo, escenificando la lucha entre el bien y el mal; bailan por las calles para luego arrodillarse al unísono frente a la iglesia, permaneciendo postrados en señal de respeto al Santísimo mientras el sacerdote los bendice. Quienes vayan a San Francisco de Yare para vivir esta experiencia religiosa, podrán tener la oportunidad de conocer la sede de la Cofradía del Santísimo Sacramento de los Diablos Danzantes de Yare y la plaza que lleva el mismo nombre.

Al son de los tambores, maracas y cuatros, los diablos danzan por las calles de Venezuela exhibiendo la fuerza que tiene el bien sobre el mal. Es así como este año al cumplirse un año más, los venezolanos demostrarán una vez más que somos gente de paz.

T/Prensa Mintur