Los llamados de la oposición venezolana siguen cobrando la vida de jóvenes inocentes, el nombre de Bryan Principal se suma a la lista de víctimas, este joven de 14 años fue alcanzado por disparos realizados por un grupo de manifestantes de la derecha en el estado Lara, el pasado 11 de abril de 2017.
Este hecho ocurrió en medio de una protesta convocada por sectores de la oposición de la zona norte de Barquisimeto y urbanismos aledaños a la ciudad socialista “Alí Primera” donde vivía Bryan junto a su mamá, abuelos y cuatro hermanos menores.
Ese día, la señora Marbelys -madre del joven- fue a realizar unas compras y al regresar a su casa pidió a su hijo que fuera por pan en una de las torres del urbanismo “pero él se fue un poco más allá, y ahí fue donde de repente se formó la balacera. Todos los que estaban en el sitio salieron corriendo, entre ellos mi hijo, pero una bala me lo alcanzó”, detalló.
Relató que se trataba de algunos habitantes de las residencias “Hacienda Yucatán” y personas opositoras al Gobierno Bolivariano, quienes exigían frente al módulo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la libertad de unas 50 personas retenidas en el lugar.
Narró que fueron momentos de mucha angustia ya que los manifestantes atacaron la patrulla que auxiliaba al joven y luego de una intensa lucha pudieron salir del lugar y trasladarlo al Centro de Diagnóstico Integral de Tamaca, donde le brindaron los primeros auxilios.
Posteriormente, fue ingresado en el Hospital Central de Barquisimeto “Antonio María Pineda”, donde se le practicaron dos operaciones, ya que la bala le había perforado los intestinos, sin embargo, minutos más tarde el joven falleció por una “hemorragia interna”, según le explicaron a sus familiares, los médicos tratantes.
Marbelys Giménez comentó que “días antes, se había rumorado que esas mismas personas pretendían pasar para abrir las llaves del gas y meter candela al urbanismo”, lo que obligó a los residentes del edificio a agruparse en la entrada, con la finalidad de evitar que arremetieran contra las instalaciones y la vida de los residentes.
“Nuestros vecinos, nos estaban resguardando, nosotros no teníamos armas, eran ellos (opositores), los que dispararon”.
Los sueños de Bryan
La violencia opositora truncó los sueños de un joven que ya había decidido que cuando creciera sería funcionario del CICPC o Ingeniero Petroquímico.
Su profesora Evelin Rodríguez, del Liceo Bolivariano Integral “Doctor Luis Beltrán Prieto Figueroa”, donde cursaba primer año de educación básica, manifestó que Bryan muy emocionado presentó su proyecto personificando su sueño profesional.
Al recibirnos en su apartamento, Marbelys Giménez, deja notar en su rostro la tristeza que le embarga y que solo puede expresar una madre cuando pierde un hijo -luego de un profundo suspiro- dijo: “Llegué a este urbanismo hace 3 años, para ser exacta, un 17 diciembre de 2014, gracias a Dios, al esfuerzo de mi esposo y al Gobierno Bolivariano”.
Recordando la alegría de su hijo cuando se mudaron al lugar, expresó: “Antes, vivíamos en un ranchito en Villa Esperanza, vía Quíbor y cuando nos mudamos para acá nos cambió la vida, mi hijo se sentía muy orgulloso de su papá porque siempre había luchado por una casa para nosotros”, añadió.
Perdió a su padre en el 2016
Giménez, compartió que la muerte de su esposo, Rafael Ángel Principal, vino a ser un golpe muy duro para ella, Bryan y sus cuatro hermanitos: Roximar, Jeremías, Angela y Saray.
El 26 noviembre de 2016 murió Rafael, después de haber padecido durante 6 años de una enfermedad degenerativa en los huesos.
“Bryan me ayudó bastante durante la enfermedad de su papá, cuando murió, se desanimó, sobre todo en sus estudios; siempre quiso que lo acompañara al acto de 6to grado, pero no pudo ser”, agregó, Giménez.
Desde pequeño le enseñé amar a Dios.
Seguidora y creyente de Dios, Marbelys comentó que desde que tenía 3 años, lo había formado con principios y valores espirituales, llegando a participar en diversas actividades dentro de la iglesia cristiana donde asistían: “Mi hijo conocía de Dios y era obediente a la Palabra”, -luego de una breve pausa-, acotó: “Cuando estaba herido, una pareja cristiana, lo auxilió y oró por él”.
“Me hace mucha falta mi muchacho”
Sus abuelos maternos Eleuterio Giménez y María Villegas, explicaron que como todo adolescente, se levantaba para ir a clases, jugaba fútbol en la cancha del urbanismo y los ayudaba en la venta de verdura que tienen dentro del apartamento.
“Era un muchacho muy inteligente, activo y trabajador, atendía el negocio, se sabía los precios de memoria, y me acompañaba a hacer las compras. Me hace mucha falta, era muy emprendedor”, señaló su abuelo.
Su abuela, quien casi no pudo hablar de la nostalgia, solo dijo que habían vendido su casa en Quíbor, para invertir en el pequeño negocio y ayudarlos, ante la muerte prematura de Rafael. Al tiempo que expresó “Me hace mucha falta mi muchacho”.
El lugar favorito de Bryan
La hermana de Bryan, Roximar Principal, manifestó que las escaleras del edificio donde vivía era el lugar de pasatiempo favorito de Bryan y ella, su confidente.
“Bryan era muy enamorado, me contaba sus secretos y me aconsejaba para que me portara bien. Ya nada será como antes, cuando nos sentamos ahí, lo extrañamos mucho”.
Entre tanto su mejor amiga Jennifer Martínez, nos contó, “durante el último paseo que hicimos me sorprendió mucho que me pidiera un recuerdo para guardarlo, según él, porque se iría lejos y para siempre, cosa que al momento no entendí”.
Martínez recordó que un día antes de la partida física de Bryan, estaba todo el grupo de amigos reunidos en las escaleras, y al llegar los abrazó, incluso a un amigo con el que estaba molesto.
Ese día, “compró una marquesa de chocolate para que todos compartiéramos y a mí me dio la mitad, al despedirnos me robó un beso y se comenzó a reír, eso fue lo último que compartimos”.
Xiomara Rojas, mamá de Jennifer, afirmó que todos los niños y muchachos de esa torre, son sanos y sin vicios, siempre solían andar juntos, hasta para ir al liceo, ubicado dentro del urbanismo.
Buen amigo
José David Meza, amigo de Bryan dio fe de su solidaridad y amistad, “siempre me aconsejaba para que estudiara y no peleara con mi familia. Su sueño era que estudiáramos para ser funcionarios de CICPC, ahora me siento doblemente comprometido y quiero retomar mis estudios”, apuntó.
Ese fatídico día, José David acompañó a Bryan hasta la entrada del urbanismo, “él insistió para asomarse en la protesta, pero yo decidí esperarlo con otro amigo en una de las torres y en cuestiones de minutos vi el revuelo de la gente y me enteré que lo habían herido”.
Al recorrer el urbanismo de habitación de Bryan Principal sobresalen sentimientos de estima, amor y alegría en amigos, vecinos y docentes que lo conocieron y vivieron con él las ganas de luchar y soñar por un porvenir profesional y familiar.
Lo ocurrido con este joven impactó de tal forma que la comunidad educativa de las instituciones que funcionan dentro de la comunidad “Alí Primera”, han planteado aplicar estrategias de seguridad, con la finalidad de resguardar la vida de los niños y adolescentes ante cualquier escenario violento que pudieran volverse a repetir, esto ante la insistencia de la derecha venezolana de no liderizar con argumentos democráticos, participativos y protagónicos sus manifestaciones.
T/Mippci