Investigadores venezolanos estudian beneficios y riesgos del consumo de plantas medicinales

Profesor Álvarez_UCV_Plantas medicinales
Marco Álvarez, investigador venezolano

Con el firme propósito de contribuir con el conocimiento de los posibles riesgos de toxicidad vinculados con el consumo de las hierbas medicinales, el investigador venezolano Marco Álvarez, junto a su equipo de trabajo, emprendió el proyecto “Las plantas medicinales en los programas de salud: criterios científicos como soporte para la terapéutica herbaria”.

Históricamente las plantas medicinales son utilizadas para fortalecer los programas de salud, creaciones de nuevas medicinas, pero también son una referencia como medicina tradicional herbaria, ya que se valora su potencial como recurso natural, tomando en cuenta el aprovechamiento de los extractos alcohólicos o acuosos, las formas semipurificadas o también las sustancias puras.

Este investigador de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se dedicó a estudiar los riesgos y beneficios vinculados con el consumo de plantas con efectos curativos, a fin de generar conocimientos e información para contribuir con la ciudadanía que hace uso de algunas plantas o hierbas para aliviar o curar enfermedades.

“Sin querer caer en un conflicto con la terapéutica herbaria, paralelamente al consumo, debemos abrir una conciencia en la población, ya que estos productos, si bien tienen efectos beneficiosos, puede que sus componentes generen efectos nocivos. La población debe concienciar que deben tomar dosis y concentraciones adecuadas, para evitar consecuencias negativas en el organismo”, indicó Álvarez.

La investigación se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la UCV, específicamente en el Instituto Anatómico José Izquierdo, Sección de Microscopía Electrónica. Contó con el respaldo del Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), en el marco del Programa de Estímulo a la Innovación e Investigación.

En esta oportunidad, los investigadores abordaron las siguientes plantas: Passiflora edulis f. flavicarpa (parchita), agente sedante, Tevetia peruviana (semilla hindú), agente adelgazante, Ficus carica (planta de higo), utilizada para facilitar el trabajo de parto; y Plectranthus Ornatus (planta de acetaminofén o baldo paraguayo), su uso terapéutico es como agente antigripal.

En cuanto a los resultados, advirtieron que la parchita, según los estudios y experimentos, mal administrada puede generar cardiotoxicidad severa; es decir: el paciente puede tener un compromiso cardíaco, si consume esta planta de manera indiscriminada o inadecuada. En cuanto a la planta de higo, su mal uso, puede traer como consecuencia que el neonato caiga en un estado depresivo y con afección cardiovascular.

El consumo indiscriminado de la semilla hindú tiene un efecto tóxico y puede causar hemorragia y hepato-cardiotoxicidad; mientras que la planta de acetaminofén mal administrada puede traer como consecuencia la formación de coágulos sanguíneos, así como neuro-cardiotoxicidad.

“Es importante que las personas sepan que el consumo de las plantas terapéuticas deben ser a través de infusión, no la cocción, ya que a través de esta última hace que la hierba libere posibles sustancias tóxicas. La población debe estar consciente de que hay elementos que pueden ser tóxicos. Es por ello que se recomienda consultar fuentes populares y académicas que ofrecen información relacionada con estos temas sobre los efectos tóxicos en plantas medicinales y el uso efectivo de plantas como terapia”, dijo Álvarez.

Saberes ancestrales se complementan con las universidades

Como parte de la investigación, el grupo de trabajo se trasladó a Fila de Mariches, en el estado Miranda, para ofrecer una charla a la comunidad sobre el buen uso de la medicina herbaria y los efectos negativos que pueden tener algunas plantas. En el sitio, tuvieron la oportunidad de articular e intercambiar conocimientos con la comunidad, en especial con Raúl Huanaco, quien tiene amplio conocimiento en plantas medicinales y, además, se interesó en conocer las propiedades o estudios de toxicidad de las hierbas.

Marco Álvarez advirtió que no se debe menospreciar el conocimiento ancestral, pero se debe enriquecerse con criterio académico para mejorar la terapéutica herbaria. “La idea es informar a la población sobre estos temas, para contribuir al saber y mantener la salud. Hay personas que hacen combinaciones, entre infusiones, jarabes y medicamentos, y corren el riesgo de activar algún efecto negativo”.

Asimismo, indicó que resulta pertinente este tipo de estudios, pues mediante el conocimiento tradicional o ancestral se pueden profundizar, ofreciendo un valor agregado en el laboratorio. “La idea es cristalizar la inquietud de las personas, pues la información que se genera en los laboratorios complementa al saber popular y, de esta manera, se rompe el paradigma sobre los grandes genios de laboratorios”.

Aclaró, en su discurso, que “las plantas medicinales siguen siendo una vía para tratamientos curativos, y además representan la vía tradicional de los laboratorios para realizar y obtener medicamentos. Esto debe respetarse y reconocerse. El ambiente científico solo está generando una información que enriquece al conocimiento ancestral; es decir: no lo sustituye”, expresó Marco Álvarez.

El investigador adelantó que, actualmente, están estudiando la moringa y la pira, ya que ambas plantas poseen propiedades curativas y nutritivas, y además son altamente consumidas por la población venezolana.

Prensa Fonacit