¡Hazlo en casa! Aprende a preparar leche de almendras y de coco

Leche de almendras. (Foto: Archivo)
Leche de almendras. (Foto: Archivo)
Las leches vegetales se están haciendo muy populares entre los consumidores ya que, además de no contener lactosa, son más bajas en calorías y le aportan al cuerpo varios beneficios por su riqueza nutricional.
En los últimos años muchos las han empezado a consumir como sustituto de los lácteos debido a que estos suelen causar intolerancias y problemas digestivos que resultan bastante molestos.
Leche de almendras

La leche de almendras es una bebida saludable con un ligero sabor a nuez que se puede disfrutar sola o como parte de otros platos.
Es natural, no contiene gluten ni lactosa, es libre de conservantes y aporta vitaminas, minerales y proteínas.
Ingredientes
1 taza de almendras crudas (155 g)
3 tazas de agua (750 ml)
Esencia de vainilla (opcional)
Canela (opcional)
Preparación
Para empezar, coloca a remojar la taza de almendras en un recipiente con suficiente agua.
Al día siguiente, o bien pasadas unas 5 horas, cuela las almendras e introdúcelas en la licuadora con las 3 tazas de agua. Si gustas, le puedes añadir esencia de vainilla o canela.
Procesa todo hasta que las almendras queden bien trituradas.
A continuación, coloca una malla fina o un colador de tela sobre un recipiente y cuela la bebida.
Resérvala en un frasco de cristal con cierre hermético y guarda la pasta que ha quedado en el colador para hacer otras recetas
Leche de coco
Como la bebida anterior, se trata de un tipo de leche sin lactosa ni gluten, con menos contenido de grasa en comparación con la de vaca, y muchas propiedades nutricionales.
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Es rica en fibra, vitaminas, minerales y proteínas, y hace un aporte significativo de grasas de fácil digestión que, pese a ser saturadas, se han catalogado como saludables.
 Ingredientes
4 ½ tazas de coco rallado (350 g)
3 tazas de agua hirviendo (750 ml)
3 tazas de agua a temperatura ambiente (750 ml)
Preparación
Introduce el coco rallado en la licuadora y agrégale las tazas de agua hirviendo.
Déjalo reposar un par de minutos y procesa a velocidad rápida.
Incorpora el agua fría y sigue procesando varios minutos hasta obtener una pulpa muy fina.
Coloca un paño o malla fina sobre una olla y filtra el líquido.
Reserva la harina resultante para hacer otras recetas.
Si la dejas reposar durante unas 48 horas en el refrigerador, la grasa se separará del agua y podrás usarla para hacer crema batida.
T/Agencias