Mantener el cuerpo bien hidratado es vital para garantizar el bienestar integral del organismo, por lo que se recurre principalmente al agua, pero ¿qué tal si complementamos nuestra hidratación con una hortaliza sana, sabrosa, segura y soberana como el calabacín?
Esta hortaliza, priorizada por el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación (Minppal), a través del Instituto Nacional de Nutrición (INN) en la campaña Agarra Dato Come Sano, Alimentos 4S, en el marco de la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS), está compuesta en un 95% por agua, además de hidratos de carbono y pequeñas cantidades de grasa y proteínas.
Este vegetal de cáscara verde, carne blanca y de forma alargada, con su aporte moderado de fibra, favorece las contracciones intestinales y la evacuación; es un alimento bajo en calorías por lo que es ideal para incluirlo en la dieta de personas con exceso de peso.
Un poco de historia
Respecto al origen del calabacín, hay quienes señalan que éste procede de Asia Meridional, mientras otros historiadores afirman que ésta deliciosa y nutritiva hortaliza es originaria de América Central.
Sin embargo, fueron los árabes quienes extendieron su cultivo por las regiones mediterráneas, donde se convirtió en un alimento de consumo habitual en la Edad Media. En las zonas del norte de Europa, su consumo fue más tardío y no tuvo lugar sino hasta la II Guerra Mundial.
Lo que sí se sabe a ciencia cierta, es que el calabacín es una planta cultivada en todas las regiones cálidas de la tierra, por lo que en Venezuela, nuestra tierra de gracia, esta hortaliza se puede cultivar sin ningún problema, permitiendo la naturaleza que las venezolanas y los venezolanos puedan disfrutar de los beneficios alimentarios y nutricionales que en ella se producen.
Cómo elegir y conservar calabacines
A la hora de comprar calabacines es muy importante elegir aquellos que sean firmes al tacto, compactos, pequeños o medianos, los de gran tamaño no son muy recomendables, ya que suelen tener demasiadas semillas y una carne menos tierna, no deben tener manchas en la piel y ser pesados de acuerdo a su tamaño.
Respecto a su conservación, esta hortaliza puede conservarse en la nevera durante unas dos semanas, sin inconvenientes, sólo se debe tener en cuenta que no se debe almacenar junto a plátanos, melones o vegetales que segreguen etileno, ya que podrían darle un sabor amargo al calabacín.
Cómo cultivarlos
Para ampliar y garantizar aún más nuestra soberanía alimentaria, podemos cultivar el calabacín en nuestras casas, ya que su producción no es tan compleja. Veamos el paso a paso:
Paso1. Preparación de las semillas. Debe colocar las semillas al aire libre durante 4 o 6 semanas, antes de plantarlas.
Paso 2. Siembra. Planifique plantar los calabacines cuando la temperatura de la tierra exterior sea de al menos 13 °C (55 °F).
Paso 3. Ubicar el lugar perfecto para plantar. Los calabacines crecen en áreas expuestas al sol y mucho espacio para brotar, por lo que debe ubicar un espacio donde la planta obtenga al menos de 6 a 10 horas de luz solar por día y que no tenga mucha sombra. Asimismo, debe seleccionar un espacio de tierra con buen drenaje, porque los calabacines florecen en una tierra húmeda, no empapada.
Debe percatarse de que la tierra seleccionada para la siembra, esté bien nutrida y abonada.
Paso 4. Siembra de las semillas. Si prefiere no sembrar las semillas directamente en la tierra, también puede hacerlo dentro de la casa de 4 a 6 semanas antes de trasplantarlas al aire libre. Para ello, tome bandejas de semillas, abono y las semillas. Coloque una sola semilla en cada bandeja, cúbrala con 3 mm de abono, luego riegue bien. Deberá colocarlas en un lugar que reciba luz solar y que esté al menos a 15 °C. Cuando la segunda serie de hojas haya brotado, las plantas jóvenes de calabacín estarán listas para ser trasplantadas.
Paso 5. Coseche los calabacines. Cuando los calabacines hayan crecido al menos 10 cm, estarán listos para recogerse. Cosecharlos periódicamente, fomentará una mayor producción de frutos. Si requiere muchos calabacines, entonces sáquelos todos cuando estén maduros. Si no tiene la necesidad cosechar tantos, deje uno o dos calabacines en la planta durante la temporada de crecimiento, para disminuir su producción. Para cosecharlos, corte con un cuchillo el fruto desde el tallo duro que lo une con la planta.
El calabacín es, sin duda, una hortaliza que puede ser aprovechada al máximo, por lo que el INN a través de la campaña Agarra Dato Come Sano, Alimentos 4S, impulsa la ingesta de este alimento para cambiar patrones de consumo y así lograr mejores hábitos alimentarios a partir de una alimentación sana, sabrosa, segura y soberana.
T/INN
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