40 años del asesinato de Jorge Rodríguez padre

af5ec98e-9fd6-4525-b4d7-8e907a574742Hace 40 años, durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez (CAP), fue vilmente asesinado Jorge Rodríguez, padre del actual alcalde del municipio Libertador, a manos de los esbirros Braudio Gudiño La Cruz, Guillermo Zambrano Salazar, Itamar Ramírez y Juan Álvarez Díaz, autores materiales por parte de las fuerzas represivas del puntofijismo.
Rodríguez, fue dirigente y combatiente socialista, nacido en Carora (Lara), el 16 de febrero de 1942.
Al ingresar a la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV) asumió responsabilidades de dirección estudiantil, entre las que se destacó como delegado ante el Consejo Universitario en 1966.
En 1972, se enfrentó a las fuerzas que quisieron cerrar la universidad. Durante el primer Gobierno de Rafael Caldera fue detenido por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Sifa), y desde allí dirigió la huelga de hambre de los presos políticos.
El 19 de noviembre de 1973 convocó a la creación de la Liga Socialista, en la que se desempeñó como Secretario General, hasta su asesinato.
En 1976, los autodenominados Grupos de Comando Revolucionarios secuestraron al vicepresidente de la Owens Illinois, Williams Frank Niehous, hecho que justificó las acciones del Gobierno de CAP contra las libertades democráticas establecidas en la Carta Magna.
Con el pretexto de la búsqueda del industrial norteamericano, que fue rescatado en junio de 1979, se persiguieron y ajusticiaron líderes estudiantiles, revolucionarios y dirigentes sociales.
Luego de su detención, en la avenida Sucre, frente al liceo Miguel Antonio Caro, al dirigente Jorge Rodríguez lo llevan a un paraje solitario de la carretera Panamericana, vía a los Altos Mirandinos.
Allí fue torturado a fin de que revelara la ubicación del secuestrado. Por no delatar y acusar a sus compañeros, de hechos en los que además no estaban involucrados, Jorge Rodríguez recibió una golpiza extrema.
Fue regresado a la sede de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, (Disip), donde se le extinguió la vida de a poco en una celda conocida como “tigrito”.
Como consecuencia de los golpes le llegó la “natural” e inevitable la muerte el 25 de julio de 1976, cuando lo anunciara el entonces ministro del Interior, Octavio Lepage: “Me encontraba anoche en mi despacho preparando esta rueda de prensa cuando recibí, en de la eh en la la (sic) la noticia, la horrible noticia, de que estaba muerto en su calabozo de la Disip, Jorge Rodríguez, aparentemente de muerte repentina”.
Pero la realidad fue otra, su cuerpo mostró derrames internos, desprendimiento de órganos y numerosas fracturas como consecuencia de la paliza que le propinaron.
La noticia criminis de José Vicente Rangel permitió establecer la verdad.
En lo concerniente a la brutal muerte de Rodríguez, su hijo expresó hace un tiempo en un programa de televisión: «Mi padre fue brutalmente asesinado cuando tenía 34 años de edad. Yo he dado pruebas de que no guardo ningún tipo de resentimiento. Soy amigo personal de la hija de uno de los torturadores de mi padre».
El recuerdo de Jorge Rodríguez constituye un ejemplo para las nuevas generaciones de revolucionarios que hoy impulsa el sueño colectivo de otra Venezuela posible.
T/Unesr