Más de 640 mil palestinos asesinados: Análisis integral del informe de Hil y Polya sobre la masacre y limpieza étnica en Gaza y su contraste con las cifras oficiales de la ONU

Por Ing. Simón Arrechider

Desde octubre de 2023, Israel ha ejecutado una campaña militar de devastación total sobre la Franja de Gaza que organismos internacionales califican como una limpieza étnica y una masacre del pueblo palestino. Lo que comenzó como una operación de represalia se transformó en una guerra de exterminio sistemático: más del 70 % de las viviendas destruidas, infraestructura sanitaria colapsada y comunidades enteras borradas del mapa.

En este contexto, dos académicos australianos, Richard Hil y Gideon Polya, han presentado uno de los análisis más radicales sobre el costo humano de esta ofensiva: más de 640 000 palestinos asesinados, directa o indirectamente, a consecuencia del asedio y los ataques israelíes.

El trabajo, publicado en Arena Magazine el 11 de julio de 2025 bajo el título «Skewering History: The Odious Politics of Counting Gaza’s Dead», sostiene que la magnitud real de la tragedia supera por un orden de magnitud a las cifras difundidas por Israel, sus aliados occidentales y buena parte de los grandes medios internacionales.

Este reportaje analiza sin sesgos el contenido de dicho estudio, sus métodos, las críticas que ha recibido y presenta un comparativo con las cifras de Naciones Unidas y organismos internacionales, mostrando el abismo entre la versión oficial y la realidad humanitaria sobre el terreno.

Qué plantean Hil y Polya

Un conteo oculto bajo los escombros

Hil y Polya denuncian que lo ocurrido en Gaza no puede medirse solo en cadáveres recuperados tras los bombardeos, porque la guerra israelí no solo mata con misiles: mata de hambre, de sed y de enfermedad.El núcleo de su tesis es que las muertes indirectas , producto del bloqueo total, el colapso sanitario, la destrucción del sistema de agua potable y electricidad, la hambruna inducida y la imposibilidad de acceso a medicamentos, superan con creces las muertes directas por explosivos o disparos.

En su artículo, los autores estiman que hasta el 25 de abril de 2025 la cifra total de palestinos muertos alcanzaba 680 000 personas, de las cuales más de 380 000 serían niños menores de cinco años.En distintas versiones difundidas por medios y activistas se redondea la cifra a 640 000, utilizada ampliamente en redes y organizaciones humanitarias como referencia de la magnitud del genocidio.

Cómo lo calcularon

  1. Muertes directas:
    Tomaron como punto de partida los registros del Ministerio de Salud de Gaza, reconocidos incluso por la ONU como los más completos en medio del colapso. En abril de 2025, los reportes hablaban de unas 45.000 muertes directas, cifra que posteriormente subió a más de 67.000 hacia octubre del mismo año.
  2. Muertes indirectas:
    Basándose en estudios de salud pública y precedentes históricos (Irak, Afganistán, Yemen), aplicaron factores multiplicadores de entre 5 × y 10 × para estimar el exceso de mortalidad derivado del hambre, la falta de agua y la destrucción sanitaria.
    En conflictos prolongados y con bloqueo total, la proporción de muertes indirectas suele ser de tres a cinco veces superior a la directa, pero en Gaza —afirman— la relación es aún mayor, debido al asedio absoluto impuesto por Israel.
  3. Impacto en la infancia:
    Polya y Hil subrayan que el mayor genocidio es silencioso: el que se cierne sobre los niños. El 60 % de las muertes indirectas, estiman, corresponde a menores de edad víctimas de desnutrición y enfermedades evitables.
  4. Proyección temporal:
    La cifra de 680.000 incluye las muertes acumuladas hasta abril de 2025, bajo el supuesto de que el cerco israelí seguiría produciendo víctimas incluso en períodos de supuesta “tregua”.

El resultado no es una “cuenta estadística” sino un diagnóstico de exterminio sistemático, un patrón de destrucción que Polya define como “el holocausto palestino”.

Lo que dicen los organismos internacionales

Naciones Unidas y la OMS

Según datos consolidados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y la OMS, hasta octubre de 2025 se contabilizaban alrededor de 67.000 muertes directas confirmadas, más decenas de miles de desaparecidos bajo escombros.
Estos informes reconocen que los números son parciales y que existe subregistro severo debido al colapso de comunicaciones, falta de electricidad y destrucción de hospitales.

El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que Gaza se ha convertido en “un cementerio para niños”, expresión que coincide con el diagnóstico de Hil y Polya sobre el carácter estructuralmente genocida del asedio israelí.

Estudios académicos y fuentes independientes
  • The Lancet (julio 2024): estimó que si se incluyen muertes indirectas, el total podría superar las 186.000, incluso si cesaran las hostilidades.
  • Brown University – Costs of War (2025): reconoce el “colapso sistémico de la vida civil” y la posibilidad de “exceso de mortalidad masivo”, aunque sin publicar una cifra final.
  • Amnistía Internacional y Human Rights Watch califican las operaciones israelíes como crímenes de guerra y apartheid, señalando destrucción deliberada de infraestructura vital. (Tomando en cuenta sus sesgos y su financiamiento que responde a intereses hegemónicos) 
  • Unicef advierte que uno de cada dos niños de Gaza padece desnutrición severa y que la hambruna es “enteramente inducida por el hombre”.

Críticas metodológicas a Hil y Polya

  1. Falta de acceso a datos primarios:
    El bloqueo israelí impide recopilar estadísticas exhaustivas; sus proyecciones se basan en modelos de mortalidad usados en otros conflictos. Está crítica no solo aplicaría para hil y polya, ya que aplica para todos los organismos.
  2. Multiplicadores altos:
    Aunque los autores justifican los factores de aumento por el asedio total, algunos demógrafos consideran que su margen de error podría ser amplio. (También aplica para otros organismos, aún así se acerca más a la realidad) 
  3. Intención política:
    Polya y Hil reconocen que su cálculo no busca precisión contable, sino evidenciar la magnitud moral y civilizatoria de la masacre. (Aún así no desestimar el rigor de la investigación)

Aun así, el consenso internacional coincide en un punto: la escala de la catástrofe es deliberada y supera los límites del derecho internacional humanitario.

Bajo los escombros: los muertos que nadie cuenta

Una de las preguntas más perturbadoras que surgen al analizar estas cifras es inevitable:
si todo Gaza ha quedado reducido a escombros, ¿qué ocurre con quienes siguen tapiados bajo ellos? ¿Quién cuenta a esos muertos?

La respuesta, según todos los organismos humanitarios, es tan simple como aterradora: nadie puede contarlos con precisión.

Tras meses de bombardeos, los equipos de rescate palestinos fueron diezmados. La mayoría de las unidades de defensa civil perdió maquinaria pesada, combustible y comunicaciones. La ONU calcula que más del 60 % de los cuerpos siguen sepultados bajo los restos de edificios colapsados. Esos muertos no aparecen en ninguna estadística oficial.

Los humanitarios diferencian tres categorías de víctimas:

El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró en abril de 2025:

“No sabemos cuántos cadáveres hay bajo los escombros. Nadie puede entrar. Gaza es hoy un cementerio sellado.”

Esto explica por qué los conteos de Hil y Polya, al incluir las muertes invisibles, reflejan una realidad más cercana al total humano de la masacre, aunque sea imposible verificarla en el corto plazo.
Los palestinos que permanecen enterrados bajo los edificios destruidos son las víctimas sin nombre del genocidio: no tienen tumba, ni registro, ni número.

Y mientras el asedio continúe, seguirán siendo invisibles para las estadísticas del mundo.

Conclusión del comparativo:

Las cifras de Hil y Polya son hasta diez veces mayores que las reconocidas por la ONU, no porque incluyan errores de base, sino porque redefinen el concepto de víctima: toda persona que muere como consecuencia directa o indirecta de la política israelí de asfixia total del pueblo palestino.
La ONU, en cambio, solo contabiliza las muertes visibles y certificadas en hospitales o morgues, un método que —en escenarios de aniquilación sistemática— tiende a invisibilizar la magnitud real del exterminio.

Reflexión final

La cifra de 640 000 a 680 000 palestinos muertospropuesta por Hil y Polya no es un número aislado ni una exageración militante: es un grito estadísticocontra el silenciamiento de un genocidio contemporáneo.

Si a esto le sumamos que aún no se ha cuantificado las muertes de las personas que aún permanecen bajo escombros prodrian superar estas estimaciones.

Si además se acepta que la guerra moderna mata más por hambre y enfermedad que por balas, entonces la estimación de los autores australianos no es descabellada: Gaza ha sido convertida en un laboratorio de exterminio civil.

A la luz del derecho internacional, la ofensiva israelí cumple los elementos de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y limpieza étnica.
El debate ya no es cuántos han muerto, sino cuánto tiempo más la comunidad internacional tolerará un genocidio en tiempo real

El llamado «acuerdo de paz» anunciado por el presidente de EEUU Donald Trump no es más que un acuerdo de rendición y condiciones de sometimiento en un pueblo que ya no queda nada más que destruir pero eso lo analizaremos en otro artículo. 

Ing. Simón Arrechider