La doctrina de defensa del Estado venezolano es catalogada como la más avanzada de América Latina y el Caribe. Se erige sobre un concepto estratégico de seguridad que rompe definitivamente con la visión colonial del pasado, aseguró el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
Este nuevo concepto, fundado por el Comandante Hugo Chávez, sustituyó la antigua doctrina que consideraba al pueblo como un enemigo interno. Este cambio transformó la relación de las Fuerzas Armadas con el Estado, alejándolo de una visión alineada con potencias extranjeras.
La doctrina actual prioriza la lucha no armada, pacífica, constitucional y legal. Su enfoque es integral, abarcando aspectos políticos, electorales, culturales, sociales, ideológicos, espirituales y económicos para la defensa de la nación.
El jefe de Estado destacó que este modelo se ha puesto a prueba con éxito frente a diversas agresiones. El país ha enfrentado desde el golpe de Estado de 2002, guerras económicas y hasta las guarimbas de los años 2014 y 2017, superándolos con una estrategia unificada y un pueblo organizado. «Hemos enfrentado todas con una estrategia, una doctrina, un plan y un pueblo unido», aseguró.
Un pilar fundamental es el Plan de la Patria de las Siete Transformaciones, que busca el desarrollo nacional. El éxito del plan económico bolivariano ha permitido un crecimiento diversificado, que produce y se expande.
«Retroceder no es alternativa para nosotros. La independencia no tiene alternativa. La libertad rebelde de nuestro pueblo no tiene alternativa. La República no tiene alternativa», dijo, para luego indicar que Venezuela nunca se arrodillará ante ninguna potencia.
La doctrina se sustenta en la unión pueblo-Estado-FANB. El presidente Maduro la define como la bomba atómica de Venezuela: un pueblo empoderado en todo el territorio, decidido a defender su independencia y libertad sin doblegarse ante potencias extranjeras.
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