Grecia enfrenta una crisis sin precedentes debido a múltiples incendios forestales que amenazan zonas pobladas, incluyendo la ciudad de Patras —la tercera más grande del país— y las islas turísticas de Quíos y Zante. Más de 5.000 bomberos trabajan sin descanso para contener las llamas, avivadas por fuertes vientos y condiciones climáticas extremas.
Las autoridades han emitido alertas máximas tras la destrucción de viviendas, granjas e instalaciones industriales, lo que ha obligado a evacuar a miles de residentes y turistas. «Estamos ante una jornada muy difícil por los violentos vientos», advirtió Vassilis Vathrakoyannis, portavoz de los bomberos.
Desde la semana pasada, Grecia registra vientos superiores a 80 km/h y temperaturas que podrían alcanzar los 40 °C este miércoles, especialmente en el oeste del Peloponeso. Hasta ahora, los incendios han dejado tres víctimas mortales, entre ellas dos turistas vietnamitas.
Los focos más críticos se ubican en las islas de Zante y Quíos, así como en la región de Acaya (Peloponeso), donde una veintena de pueblos fueron evacuados. Las llamas han arrasado más de 200 hectáreas desde junio, agravando la emergencia.
PCon 33 aviones y 4.850 bomberos desplegados, las autoridades luchan contra lo que describen como «las 24 horas más difíciles». «Solo ayer hubo 82 incendios, un número récord», declaró Kostas Tsigas, presidente de la Unión de Oficiales de Bomberos.
La combinación de vientos intensos, sequía y altas temperaturas ha complicado las labores de extinción, poniendo en riesgo a comunidades enteras. Mientras las llamas avanzan, Grecia sigue en pie de guerra contra este desastre ambiental.
T/RNV
