Trump recurre a prisiones locales para detener migrantes ante aumento récord

La Administración de Donald Trump ha incrementado el uso de cárceles locales para retener a migrantes, ante un aumento del 49% en las detenciones bajo el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) desde que asumió el poder en enero. Según datos oficiales, el ICE tenía 55.568 personas bajo custodia en julio, casi 18.000 más que en enero, recurriendo a prisiones de condados, centros federales y nuevos espacios como el polémico «Alligator Alcatraz» en Florida.

Organizaciones civiles como Vera Institute of Justice han documentado que el ICE utiliza más centros de detención de los que reporta oficialmente. Mientras la agencia reconoce 181 sitios activos, investigaciones independientes identificaron 80 cárceles locales con un promedio de 10.547 detenidos entre mayo y junio, y otras 150 prisiones con 6.600 migrantes retenidos, según The Marshall Project.

Además, TRAC (proyecto de la Universidad de Syracuse) reveló que el 71,1% de los detenidos no tienen condenas criminales, lo que cuestiona el uso masivo de prisiones para fines migratorios. Aun así, 30 de 45 centros sobrepasan su capacidad, siendo en su mayoría cárceles de condados.

Expertos señalan que Estados Unidos opera «el mayor sistema de detención migratoria del mundo», una práctica que precede a Trump pero que se ha intensificado. Michael Flynn, del Global Detention Project, afirma que el país «ignora tratados internacionales» al mezclar a migrantes con presos comunes, generando condiciones criticadas por organizaciones de derechos humanos.

Mientras el ICE recibirá $45.000 millones hasta 2029 para expandir centros de detención (un 62% más que el presupuesto del sistema penitenciario federal), grupos como Freedom for Immigrants denuncian que el 90% de los detenidos están en instalaciones con contratistas privados, lo que genera conflictos de interés y abusos.

Este sistema, descrito como un «parche» de centros federales, privados y locales, sigue creciendo sin transparencia, según activistas, mientras las cifras de detenidos alcanzan niveles históricos.

T/RNV