El hielo marino de la Antártida alcanzó este año su extensión invernal más baja registrada desde 1979, lo que está asociado a temperaturas del mar y atmosféricas más cálidas, informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Según datos preliminares del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos, la extensión máxima se mantuvo por debajo de los 17 millones de kilómetros cuadrados, esta cifra representa un millón de kilómetros cuadrados por debajo del mínimo récord anterior en 2022, más que el tamaño de Egipto.
El máximo, que se alcanzó el 10 de septiembre, fue aproximadamente 1,75 millones de kilómetros cuadrados por debajo de la media de referencia (1981-2010), detallaron los expertos, quienes explicaron que la ausencia de hielo marino antártico está asociada con una temperatura de la superficie del mar inusualmente cálido en todo el Océano Austral.
También se vincula con una temperatura superficial atmosférica más cálida en gran parte de la Antártida Oriental y el ajuste asociado de la circulación atmosférica a gran escala sobre la Antártida.
En opinión de la doctora Petra Heil, experta de la División Antártica de Australia y parte de Global Cryosphere Watch de la OMM, el déficit de hielo marino de la Antártida en 2023 tendrá impactos directos en el clima y los ecosistemas, tanto cercanos como lejanos, incluso en latitudes más bajas, que albergan a la mayoría de la población humana y sus intereses económicos.
La enorme extensión de hielo glacial de la zona y la capa de hielo marino circundante son fundamentales para regular el clima porque refleja la energía del sol hacia la atmósfera y el espacio.
T/Agencias