Hace 3 años, específicamente el 4 de agosto de 2018, Venezuela frustró un intento por acabar con la Revolución Bolivariana por la vía de la violencia. La ultraderecha, en complicidad con Colombia y Estados Unidos, cometieron un magnicidio en grado de frustración.
Durante el acto conmemorativo al Día de la Guardia Nacional Bolivariana, realizado en la avenida Bolívar de Caracas, dos drones con explosivos detonaron con la intención de asesinar al Presidente de la República y el alto mando político y militar de Venezuela.
Gracias a los mecanismos de defensa de la seguridad venezolana y del pueblo, los drones fueron desviados de los blancos y las explosiones causaron heridas a varios militares, y un incendio en un apartamento en una zona residencial, sin víctimas fatales.
Uno de los responsables intelectuales del grave atentado terrorista, es Julio Borges. Según confesiones de los implicados, también figuran funcionarios del Gobierno colombiano, para la fecha dirigido por Juan Manuel Santos, quienes fueron entrenados y financiados por Estados Unidos y Colombia.
En mayo de 2020, insistieron con otra operación mercenaria la cual fue abortada por el pueblo libertador. Los apátridas no cesan en sus intenciones de entregar a Venezuela, sin embargo, no podrán porque el pueblo, el gobierno y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, están unidos para seguir batallando por la patria.
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