La lucha para ir a Tokio tuvo sus frutos en pesas y karate

El deporte venezolano agregó esta semana nuevos clasificados a los Juegos Olímpicos de Tokio. Cada atleta que inscribe su nombre a la máxima cita multideportiva es una victoria de todo el país contra las dificultades económicas, producto del criminal bloqueo al que hemos sido sometidos y del que nuestra generación dorada también ha sido víctima.

Han sido mucho los sacrificios que han tenido que realizar los atletas y sus entrenadores para alcanzar el sueño de competir en Tokio. La pandemia mundial del covid-19, que paralizó el deporte en el mundo entero, también añadió más complicaciones, porque se suspendieron los torneos clasificatorios y para evitar los contagios miles de atletas en todo el planeta debieron entrenar bajo condiciones de extrema precaución o, incluso, prepararse en sus hogares.

Por eso, los cupos obtenidos por Naryury Pérez y Keydomar Vallenilla en levantamiento de pesas, y por Claudymar Garcés en la especialidad del kumite del karate tienen un especial significado. Las pesas tuvieron un largo recorrido de competencias mundiales y regionales para sumar puntos a lo largo de los últimos tres años, y todo ese esfuerzo se vio premiado con la clasificación de Naryuri y Keydomar entre los mejores del ranking mundial de la Federación Internacional de Pesas en la categoría de los 87 y 96 kilogramos respectivamente.

Y Claudymar obtuvo este boleto olímpico en una lucha titánica en el preolímpico mundial celebrado el fin de semana en París. Cinco victorias en la fase de grupos y otro triunfo en la ronda de todos contra todo selló la clasificación de Claudymar en la categoría de los -61 kg, y se convirtió en la primera karateca de la historia de Venezuela en clasificar a los Juegos Olímpicos en kumite.

Aplausos también de pie debemos brindar a la selección nacional de fútbol que el domingo inició la competencia en la Copa América en las circunstancias más complejas. El coronavirus de covid-19 afectó a la delegación, los exámenes en Brasil arrojaron 12 positivos y el técnico portugués José Peseiro armó un equipo alternativo que puso dignidad, corazón y amor por la camiseta para luchar contra el gigante Brasil.

El resultado es intrascendente, porque Peseiro y sus guerreros dieron un mensaje poderoso: no importa cuáles sean las dificultades, hay que salir a defender a Venezuela con amor y coraje. Esta semana también celebramos una primera reunión con los directores de los Institutos Regionales de Deportes para la celebración de los Juegos Nacionales Juveniles en el último cuatrimestre del año. Pronto las mejores promesas del deporte venezolano se medirán en diversos escenarios del país para mostrar sus avances y formar parte de la reserva deportiva de las selecciones nacionales.

Por: Juan Carlos Amarante, Presidente del Instituto Nacional del Deporte