Uribe Vélez acumula prontuario de agresión contra Venezuela

Foto: Cortesía.
Foto: Cortesía.

Venezuela y su pueblo ha sido nuevamente blanco de los ataques de la extrema derecha nacional e internacional. El pasado viernes, el expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez solicitó la irrupción de un ejército internacional contra la soberanía e independencia venezolana.

La demanda de Uribe Vélez fue elevada en una reunión efectuada en Miami, Estados Unidos, a la que acudieron agentes, tanto venezolanos como extranjeros, entre los que destacaron además el expresidente derechista de España José María Aznar y Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, quien fue sentenciado en 2015 tras haber sido declarado culpable por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir, tras la activación en 2014 del plan golpista La Salida.

También estuvo el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien desde que asumió la administración del organismo internacional ha realizado constantes pronunciamientos contra Venezuela, que siguen la línea de Washington.

El encargo de Uribe Vélez no es asunto nuevo. La reciente embestida del exmandatario —quien está vinculado con grupos paramilitares y narcotráfico en su país y a distintos actos de corrupción— se suma hoy a la larga lista de agresión contra la patria bolivariana. Es en sí una práctica frecuente.

Desde el mismo nacimiento de la Revolución Bolivariana, en 1999, Uribe Vélez se ha alineado con la extrema derecha nacional y extranjera que arremete contra Venezuela, impulsando campañas de desprestigio y que incitan al odio y ha promovido acciones terroristas y golpistas contra el orden democrático de Venezuela. Antes fue contra el gobierno constitucional de Hugo Chávez y ahora con el también mandato constitucional de Nicolás Maduro.

Durante la gestión presidencial de Álvaro Uribe Vélez se hizo público el nexo que existía entre el Departamento Administrativo de Seguridad colombiano (DAS) con grupos paramilitares, que tenían entre sus planes la desestabilización y derrocamiento del Gobierno de Hugo Chávez, así como su asesinato y el de algunos líderes de la Revolución Bolivariana.

Para ese plan venía orquestando desde principio de 2003 la Operación Daktari, en la que actuarían un grupo de 153 paramilitares, algunos pertenecientes a la reserva militar colombiana y a grupos de Autodefensa, que tenían un objetivo claro: asesinar al presidente Chávez.

Foto: Cortesía.
Foto: Cortesía.

A finales de 2012, el mismo Uribe confesaría que “por falta de tiempo” dicha operación, descubierta en mayo de 2004, no logró su cometido.

El exmandatario no ha descansado en su afán por promover acciones violentas en Venezuela e impulsar un golpe de Estado contra el Gobierno democráticamente constituido y los logros alcanzados a favor del pueblo durante los primeros 16 años de Revolución Bolivariana.

En esa línea de acción, fue colaborador del terrorista venezolano Loret Gómez Saleth, quien pretendía, con la ayuda del expresidente colombiano, comprar armas de guerra, contratar francotiradores y expertos en explosivos para ejecutar operaciones, como asesinatos selectivos y detonación de espacios públicos y privados, en varias regiones de Venezuela durante 2014, con el claro fin de ejecutar acciones violentas que generaran zozobra en el país.

Asimismo, Gómez Saleh, quien dejó en evidencia su relación con Uribe Vélez en una prueba audiovisual difundida en septiembre de 2015 por las autoridades venezolanas, reveló que entre los planes del expresidente colombiano estaba el infiltrar grupos paramilitares en Venezuela.

“En Bucaramanga me reunía con militares y luego salía a Bogotá para reunirme con senadores y reunirme con Uribe”, describió Lorent Gómez, quien en el vídeo informó además que a través de estos grupos conseguía pasaportes colombianos y de diferentes nacionalidades “para sacar a la gente del país”, con el objetivo de trasladarlos a Venezuela.

El 19 de agosto de 2015 tres soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que se encontraban en acciones contra el contrabando de extracción en la frontera colombo-venezolana, fueron atacados por paramilitares dirigidos por el también impulsor de las prácticas conocidas como “falsos positivos”, denunció entonces el presidente Nicolás Maduro.

La arremetida en contra de la estabilidad del pueblo y la gobernabilidad del Estado venezolano forma parte de una de las estrategias para destruir la Revolución Bolivariana que a lo largo de 17 años le ha tocado enfrentar, y lo cual se ha venido acentuando desde 2014 con una plan golpista continuado.

Cada intento viene con el sello Uribe Vélez, quien no descansa en sumar acciones en su prontuario de agresión contra la patria de Simón Bolívar.

T/ AVN