La Ministra del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, aseveró que Venezuela ha ahorrado más de 400 millones de dólares anuales, a través de la siembra de semillas de papas nativas, lo que representa un logro en cuanto a la capacidad de producir en términos de soberanía.
«Producir alimentos bajos principios de soberanía es posible en Venezuela, donde la familia campesina se convierte en el epicentro de todos los procesos sociales, productivos y técnicos», dijo Jiménez.
Relata la Ministra para la Ciencia y la Tecnología que el Proyecto Papa Nativa tuvo sus antecedentes en las primeras reflexiones que hicieron los campesinos del Páramo andino venezolano hace casi más de veinte años.
«Campesinas y campesinos empezaron a pensar y a reflexionar acerca del porqué recibían semilla importada para cultivar. Y en ese proceso de reflexión sobre la semilla importada comenzaron a problematizar sobre el origen de esa semilla, sus condiciones fitosanitarias (condiciones de salud de esa semilla), pues además venía enfermas o con plagas», expresó.
La funcionaria explicó que el Proyecto Papa Nativa es parte de un programa que se desarrolla con la Asociación de Productores Integrales del Páramo (Proinpa), en Muchuchíes, estado Mérida. Este programa ha permitido la alianza científico-campesina, que ha fortalecido la siembra de la semilla de papa nativa.
Refirió que gracias a esa alianza científico-campesina, posibilitada por la red Proinpa, los campesinos comenzaron a conocer sobre biotecnología y la producción de vitroplantas (cultivadas dentro de un frasco de vidrio en un ambiente artificial), lo que permitió rescatar la semilla ancestral de la papa. En este sentido, reiteró que «la defensa de nuestra soberanía pasa por el rescate de la semilla nativa».
Jiménez comentó que esta realidad trajo como consecuencia una nueva forma de concebir los procesos productivos. Esto ha propiciado la reconstrucción del sistema agroalimentario del venezolano.
«Esto no es más que una manifestación del pueblo en la cual la familia campesina siembra, cosecha, consume e intercambia con trueque lo que produce. El conuco, visto desde esta perspectiva, es una manifestación de saberes en donde esa familia campesina tiene diversos rubros de producción en un pequeño espacio territorial», manifestó.
Sobre el papel del Estado, en este caso representado a través del Ministerio que dirige, comentó que se encarga de acompañar y proporcionar los recursos humanos y materiales necesarios para optimizar los procesos productivos mediante el Programa Nacional de Innovación.
«Buscamos a los cultores, los formamos y los familiarizamos con la tecnología necesaria para optimizar y diversificar los procesos productivos. Así logramos que el pueblo cree conocimientos aplicando tecnología».
T/AVN