El mayor consumo colectivo de bebidas de frutas azucaradas, refrescos y agua se asoció con una mayor probabilidad de desarrollar enfermedad renal crónica (ERC) en un estudio comunitario de adultos afroamericanos en Mississippi, Estados Unidos. Los hallazgos, que aparecen en un próximo número de la revista clínica ‘Clinical Journal of the American Society of Nephrology’ (CJASN), contribuyen al creciente cuerpo de evidencia que apunta a las consecuencias negativas para la salud de consumir bebidas azucaradas.
Ciertas bebidas pueden afectar a la salud de los riñones, pero los resultados de los estudios han sido inconsistentes. Para brindar más claridad, Casey Rebholz, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, y sus colegas estudiaron prospectivamente a 3.003 hombres afroamericanos y mujeres con función renal normal que se inscribieron en el ‘Jackson Heart Study’.
«Hay una falta de información completa sobre las implicaciones para la salud de la amplia gama de opciones de bebidas disponibles en el suministro de alimentos», afirma el doctor Rebholz. «En particular, hay información limitada sobre qué tipos de bebidas y patrones de bebidas están vinculados con el riesgo de enfermedad renal en particular», añade.
Para su estudio, los investigadores evaluaron la ingesta de bebidas a través de un cuestionario de frecuencia de alimentos administrado al inicio del estudio en 2000-2004, y siguieron a los participantes hasta 2009-2013. Entre los 3.003 participantes, 185 (el 6 por ciento) desarrollaron ERC en una media de seguimiento de 8 años.
Después de ajustar por factores de confusión, el consumo de un patrón de bebidas que consistía en gaseosas, bebidas de frutas endulzadas y agua se vinculó con mayor riesgo de desarrollar ERC. Los participantes en el tercil superior del consumo de este patrón de bebida tenían un 61 por ciento más probabilidades de desarrollar ERC que aquellos en el tercil inferior.
Los autores del trabajo se sorprendieron al ver que el agua era un componente de este patrón de bebida que estaba relacionado con un mayor riesgo de ERC. Señalaron que los participantes del estudio pueden haber reportado el consumo de una amplia variedad de tipos de agua, incluyendo agua con sabores y endulzada. Desafortunadamente, los científicos no recopilaron información sobre marcas específicas o tipos de agua embotellada en el ‘Jackson Heart Study’.
T/Ecoticias