¿Quién era el niño que murió bajo la custodia de EE.UU.?

 

La tarde del martes 25 de diciembre del 2018, cuando las familias se reunían en torno al calor de las comidas recalentadas de la Noche Buena, el mundo se enteraba de la muerte del segundo niño en manos de la seguridad fronteriza de Estados Unidos(EE.UU.). 

Un pequeño de ocho años que había llegado desde Guatemala buscando un futuro mejor en el país que, finalmente, lo vio morir.

Este miércoles, la Cancillería guatemalteca dio a conocer su identidad. Se llamaba Felipe Gómez y murió en Navidad. Era oriundo del municipio indígena maya-chuj de Nentón, en el departamento de Huehuetenango; donde pasó su corta vida en medio de una pobreza que golpea y empuja a caminar.

Así lo hizo, de la mano de su padre, Agustín Gómez, de 49 años. Juntos atravesaron México, formando parte de esa gran masa en desplazo conocida como la Caravana Migrante.

Una semana antes de su muerte, el martes 18 de diciembre, Felipe y Agustínfueron detenidos por la Patrulla Fronteriza de EE.UU. tras lograr pisar suelo estadounidense por la ciudad de El Paso, en Texas.

Cinco días después, los trasladaron a la estación de seguridad en Alamogordo, en Nuevo México, EE.UU. donde el Servicio de Vigilancia de ese país, conocido por las siglas CBP, registró los primeros síntomas de padecimiento del niño, por lo que el día 24, fue trasladado al Centro Médico regional de Gerald Champion.

Los médicos del recinto diagnosticaron al niño con un resfrío común, haciendo caso omiso a sus náuseas y vómitos, por lo que lo dieron de alta, regresando al centro de detención. Pero tras empeorar, volvió al hospital y, nuevamente, fue devuelto. Ya no habría una tercera vez, la madrugada del 25 murió en circunstancias que aún se investigan.

La muerte de Felipe coincide con el entierro en su pueblo natal, en Guatemala, del cuerpo de la primera niña muerta, Jakelin Caal, en manos de la seguridad estadounidense, ocurrida el 8 de diciembre pasado.

Si bien aún se pesquisan las causas de muerte de Felipe, las autoridades deEE.UU. atribuyen su deceso a condiciones de salud previas a la llegada al recinto, así como también argumentaron en el caso de Jakelin. Esto, pese a que los padres de ambos niños responsabilizan a los servicios fronterizos, al menos por negligencia.

Por su parte, el CBP anunció este miércoles que realizará controles médicos a todos los menores bajo su custodia.

Ni Jakelin ni Felipe murieron solo por deshidratación. Son aún más profundas las razones por la que ya son dos los niños centroamericanos que, queriendo salvarse, encontraron la muerte en EE.UU.

 

T/TELESUR