Varias agencias de ONU demandaron este sábado mayor protección para más de 2 mil 300 niñas y niños que forman parte de la caravana de unos siete mil migrantes de Centroamérica que se mueven rumbo a Estados Unidos.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recordó que los gobiernos deben priorizar las necesidades de los infantes migrantes cuando se trata de aplicar leyes y procedimientos de inmigración, recogió Prensa Latina.
Además, deben garantizarles protección y servicios esenciales como atención médica, agua potable y saneamiento adecuado.
La vocera de Unicef en la sede de Ginebra, Marixie Mercado, dijo que muchos de los niños y familias de la caravana están huyendo de las pandillas y la violencia, la extorsión, la pobreza y el acceso limitado a educación de calidad y servicios sociales en sus países de origen.
La Unicef destacó la vulnerabilidad de los niños en movimiento, algunos ya se han enfermado o están sufriendo deshidratación, mientras que el peligro de extorsión por parte de bandas criminales o las amenazas de robo y violencia sexual también están presentes.
Esa agencia de la ONU alertó sobre los traumas que dejan en un niño la separación de su familia y las detenciones, por lo cual recomendó a los Gobiernos considerar otras alternativas.
Mientras la administración estadounidense planea enviar al menos 800 soldados a la frontera sur, Unicef demandó asegurar que los niños tengan acceso a todas las protecciones que les brinda el derecho internacional, como el derecho al asilo.
De acuerdo con la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, miles de hombres, mujeres y niños, incluidos menores de edad no acompañados, todavía se están abriendo camino a través de México hacia la frontera con Estados Unidos.
Por su parte, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) moviliza personal y recursos adicionales con el fin de ayudar a quienes realizan el viaje, y resaltan la importancia de garantizar que los migrantes estén informados sobre sus derechos de asilo.
El portavoz de la Acnur, Adrian Edwards, señaló que los países de tránsito y destino deben considerar sus obligaciones de derechos humanos antes que el estatus migratorio.
La caravana puede incluir a muchas personas cuyas vidas corren un peligro real y es esencial que tengan la oportunidad de solicitar asilo y sus necesidades de protección internacional sean evaluadas adecuadamente, antes de que se tome una decisión sobre el regreso o la deportación, recalcó Edwards, citado por PL.
La caravana de migrantes comenzó su viaje hacia el norte el 12 de octubre, desde la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, donde un grupo de 160 personas se reunieron en una terminal de autobuses y se prepararon para partir en dirección a los Estados Unidos, a través de Guatemala y México.
Hasta la fecha, varios miles se le han unido en su trayecto y algunas estimaciones indican que la cifra de migrantes puede llegar ya a los nueve mil.
T/AVN