La sala 5 del Museo de Arte Contemporáneo de la Fundación Museos Nacionales fue el escenario para aproximarse a una parte de la obra del artista alemán Alfred Otto Wolfgang Schulze, Wols, llena de complejas composiciones, muchos trazos intrincados y líneas ricamente aderezadas, creando una plasticidad insinuante y muy particular.
La muestra estará disponible hasta noviembre para el deleite de todo el público que desee asumir el reto que significa este encuentro.
La inauguración contó con la visita guiada por el curador de la muestra, Luis Velásquez, donde explicó cómo Wols produjo representaciones extrañas e inquietantes que evocan ciudades etéreas, criaturas espectrales, embarcaciones a la deriva, remolinos aéreos y organismos celularios híbridos que trasladan la imaginación hasta experiencias sensoriales donde la realidad subjetiva es reflejo de un universo paralelo.
El artista, nacido 27 de mayo de 1913 en Berlín, en sus últimas etapas, utilizó la fuerza de sus experiencias y las tensiones emocionales sufridas a lo largo de su vida signada por su estadía en un campo de concentración y el abuso de drogas y alcohol, a lo que se atribuye su temprana muerte en París con apenas 38 años. Durante su corta pero intensa carrera produjo acuarelas, dibujos, aguafuertes, pinturas y fotografías. Además de pintor fue músico y fotógrafo.
Se considera a Wols uno de los exponentes más importantes de movimiento tachista y pionero del informalismo, en la selección expuesta en el MAC, resalta la ausencia de referentes y deliberadamente omite títulos y fechas en clara rebeldía ante las restricciones convencionales para dar paso a lo casual y lo su autoafirmación.
La etnología, la antropología y las ciencias naturales están preponderantemente presentes en sus investigaciones plásticas, así como francas referencias al hombre, la cultura, los fenómenos de la naturaleza y el campo de la biología, en especial la botánica y la zoología microscópica.
T/Prensa Fundación Museos Nacionales
