Las historias que relacionan las muertes de los venezolanos con una supuesta represión por parte de las fuerzas de seguridad del Estado son los principales elementos de la campaña de desestabilización por parte de dirigentes y medios de comunicación de la derecha.
Este sector reparte, desde hace casi 50 días, las culpas de su ola de violencia y alimenta los instintos primarios de sus seguidores sustituyendo la templanza por la ira, la sensibilidad por el rencor y la razón por el odio a través de mentiras virales que inundan las redes sociales y de las que se hacen eco los medios de comunicación.
La verdad detrás de las historias de las víctimas fatales cuentan con circunstancias variadas por lo que se hace necesario aproximarnos, caso por caso, a una realidad que trasciende los números y las campañas mediáticas.
Jairo Ortiz. El joven recibió un disparo el 6 de abril durante una manifestación de Carrizal, en Miranda. El gobernador de la entidad, Henrique Capriles, se apresuró a responzabilizar a al ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, por ordenar a “reprimir sin importar vidas”. Los medios de derecha también hicieron su parte: acusaron a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Las investigaciones avanzaron y se conoció que Jairo Ortiz no participaba en la manifestación. Además, se determinó que un oficial del servicio de tránsito de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) le disparó aunque no formaba parte de los cuerpos que contenían el vandalismo en el sector: actuó por cuenta propia. El efectivo Rohenluis Leonel Rojas Mara ya se encuentra detenido por este caso.
Ricarda González. Tenía 87 años y el 10 de abril sufrió un accidente cerebro vascular. Falleció por no poder ser trasladada a un centro asistencial debido a los bloqueos que impusieron fascistas de la derecha a través de barricadas en Colinas de Bello Monte. Su deceso no figura en la lista del Ministerio Público.
Daniel Queliz. Recibió un disparo el 10 de abril en el conjunto Residencias El Parque, en el estado Carabobo. Las investigaciones determinaron que la bala que cegó su vida coincidía con el arma de un efectivo de la policía de la entidad. Las instituciones imputaron al supervisor Marcos Ojeda y al oficial Edwin Romero por uso indebido de arma de fuego. Hoy se encuentran recluidos en la Base Miguel Peña del Eje de Homicidios del CICPC de la entidad. ¿Qué dijo la derecha? Señaló a la GNB se asesinar al joven.
Yey Amaro. Fue víctima del fascismo de la oposición al ser arrollado cuando de dirigía a su residencia el 11 de abril en Lara. El gobernador de la entidad, Henry Falcón, declaró que su muerte fue accidental y no vinculado a la violencia política como en un principio se quiso asegurar.
Oliver Villa. Recibió un disparo tras resistirse al robo por parte de una pareja de motorizados luego de que evadiera una barricada instalada en El Paraíso, el 11 de abril. La derecha guardó silencio y buscó invisibilizar el hecho al verse imposibilitada de manipular este caso con fines políticos.
Miguel Colmenares. Murió tras recibir múltiples heridas por dos artefactos explosivos conocidos como aturdidoras y un disparo de escopeta por parte de un grupo de hombres que lo interceptaron para despojarlos de sus pertenencias el 11 de abril en Barquisimeto. Medios de la derecha mantienen su tesis inicial de acusar a “colectivos chavistas” de esta muerte. El caso es investigado por la Fiscalía 6° del estado Lara.
Gruseny Canelón. El 11 de abril falleció en Lara como consecuencia de un disparo de proyectil múltiple. Capriles acusó a la “narco corrupta cúpula madurista” y los ciegos comentarios de María Corina Machado señalaron al “régimen criminal”. La tesis inicial que manejó la derecha fue señalar a los colectivos. Las autoridades confirmaron la detención de 14 efectivos de la GNB que realizaban labores de orden público en las violentas manifestaciones de ese día. El caso se mantiene en investigación.
Bryan Principal. El adolescente fue impactado por uno de los disparos que realizaron desde un vehículo en movimiento contra la GMVV Alí Primera en Barquisimeto el 11 de abril. María Corina Machado se apresuró en pronunciarse sobre esta muerte sin medir las tintas políticas que la rodeaban: “Un régimen criminal que arremete contra jóvenes que han crecido en dictadura y claman por libertad. Héroes”, escribió en un descarado mensaje de su Twitter. La derecha silenció su muerte al conocerse que el joven era uno de los beneficiados de la Revolución Bolivariana. El Ministerio Público investiga este caso.
Carlos Moreno. Fue impactado por un disparo en San Bernardino cuando pasaba por una manifestación. La fatal casualidad fue usada por dirigentes de la derecha quienes le atribuyeron un carácter político asegurando que era un manifestante de la oposición que participaba en una actividad convocada en el lugar. Uno de ellos fue el diputado opositor Jorge Millán quien informó en su Twitter: “El manifestante herido de bala fue trasladado de emergencia a un centro asistencial #UnidosContraElGolpe”. Su familia desmintió esta campaña: el joven salió de su casa a jugar fútbol con unos amigos en Chuao. El Ministerio Público imputó a un efectivo de la Policía de Sucre por esta muerte y a otro ciudadano
Niumar Sanclemente. Funcionario de la GNB que resultó herido en el tórax cuando un sujeto desconocido efectuó múltiples disparos contra los efectivos que realizaban labores de orden público en San Antonio de los Altos, el 19 de abril. La derecha recurrió a invisibilizar esta víctima mientras medios de la derecha buscaron tergiversar los hechos. La Patilla reseñó esta noticia con la expresión: “Muere guardia nacional que estaba reprimiendo a manifestantes”.
Paola Ramírez. Fue alcanzada por un disparo en la Plaza Las Palomas de Táchira durante una manifestación el 19 de abril. Los colectivos de la entidad andina fueron foco de las denuncias en torno a esta muerte. El Ministerio Público desmontó la matriz al imputar al asesino, Iván Alexis Pernía, quien resultó ser militante de la organización política Vente Venezuela cuya coordinadora nacional es María Corina Machado.
Doce fallecidos en El Valle. La parroquia fue escenario de enfrentamientos y saqueos durante el 20 de abril y la madrugada del 21 de abril. Dirigentes y medios de la derecha recrearon en la situación una supuesta masacre contra el pueblo. La línea comunicacional del sector se cayó cuando el Ministerio Público determinó las causas y circunstancias de estas muertes.
Ocho personas murieron electrocutadas al intentar entrar en una panadería: Elio Manuel Pacheco, Jairo Ramírez, Robert Centeno Briceño, William Marrero , Jonathan Meneses, Stivenson Zamora, Kenyer Aranguren y Yorgeiber Barrera. Tres personas por arma de fuego: Kevin Steveen León y Francisco González Ñúñez fueron impactados en el marco de los actos violentos. Mientras que a Ramón Ernesto Martínez Cegarra le dispararon luego de un intercambio de palabras con personas que participaron en las jornadas de saqueos. Albert Alejandro Rodríguez Aponte murió por asfixia producto del gas lacrimógeno que se usó para controlar la jornada violenta.
Mervins Guitian. Recibió un disparo en el abdomen durante una actividad de calle en el sector 5 de Julio de Petare el 20 de abril. Los medios señalaron, por igual, a la GNB y los colectivos como responsables. La derecha también hizo uso político de esta muerte por tratarse de un trabajador de la Alcaldía de Sucre. Las Fiscalías 80 Nacional y 125 del Área Metropolitana fueron comisionadas para investigar este caso.
Almelina Carrillo. Falleció tras ser impactada por una botella de agua congelada en La Candelaria. El atentado era dirigido contra un grupo de marchantes bolivarianos. Ella no participaba en la actividad: se dirigía a su trabajo cuando se cruzó con la marcha. Las redes sociales de dirigentes de la derecha se silenciaron ante esta muerte y sus circunstancias pero esas mismas redes tienen parte de su sustrato. Días antes el columnista de El Nacional, Tulio Hernández, escribió en su Twitter: “Si cada venezolano demócrata neutraliza a un miembro del Plan Zamora están militarmente derrotados. Se vale hasta materos”. Un claro llamado al odio y violencia.
Jesús Sulbarán. Recibió varios disparos el 24 de abril cuando se encontraba en una concentración en defensa de la Constitución Bolivariana. Trabajaba en la Dirección Estadal del Poder Popular de Política Integral de la Gobernación del estado Mérida. El aparato de campaña de la derecha también apagó sus radares ante esta víctima por tratarse de seguidor de la Revolución Bolivariana.
Renzo Rodríguez. Fue alcanzado por un disparo el 24 de abril cuando estaba en una farmacia y pasó una manifestación de la oposición en Barinitas. Personeros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) definieron como línea comunicacional acusar a los colectivos. El caso se mantiene en investigación.
Orlando Medina. Recibió un disparo el 24 de abril cuando se encontraba en una avenida de El Tocuyo (Lara) cuando, en las adyacencias, se desarrollaba una protesta. El uso político de su muerte se vio imposibilitado por ser hijo de una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en la entidad. La Fiscalía 6 del estado define las circunstancias en las que ocurrieron los hechos.
Luis Márquez. Recibió un disparo cuando apoyaba una actividad pro gubernamental en Mérida el 24 de abril. La foto de su Carnet de la Patria se difundió en redes sociales pero no fue replicado por dirigentes o medios de la derecha por razones obvias: no tenía lugar la manipulación.
Efraín Sierra Quintero. Murió el 25 de abril por un disparo cuando se desplazaba desde su casa a su trabajo. Intentaron robarle su moto en una de las barricadas terroristas en Táchira. Su muerte tampoco figuró en la campaña de la derecha: era miembro activo del PSUV.
Christian Ochoa. Se encontraba en un callejón adyacente al lugar donde se realizaba una protesta en Valencia cuando recibió varios disparos. Falleció el 25 de abril. El Ministerio Público presentó al policía estadal Gerson Alberto Quintero por su presunta responsabilidad en esta muerte. La derecha armó el escenario: lo calificó como víctima de la represión en la entidad.
Juan Pernalete. El informe preliminar determinó que murió tras la herida es similar a la que deja una pistola de perno cautiva. Dirigentes y medios de la derecha lamentaron la muerte del joven, ocurrida el 26 de abril durante una jornada violenta en Altamira y acusaron a las fuerzas de seguridad de haber impactado la humanidad del joven con una bomba lacrimógena en el pecho. La tesis se cayó nuevamente cuando material audiovisual difundido en redes sociales muestra que en el lugar no había presencia de humo.
Eyker Rojas. Herido durante una manifestación registrada de Barquisimeto el 26 de abril. Fue protagonista de una fatal casualidad: pasaba por el lugar donde se realizaban actos de violencia opositora y recibió un disparo en la cabeza. El caso es investigado por el Ministerio Público.
Yonathan Quintero. Un asiático propietario de un abasto accionó un arma de fuego contra un grupo de vándalos que trató de saquear el negocio lo que presuntamente ocasionó su muerte. Los detalles poco le importaron a la derecha: previamente había acusado a las fuerzas de seguridad del Estado como responsables de este deceso.
Ángel Moreira. El 2 de mayo se encontraba a bordo de una moto en las cercanías de una manifestación en la autopista Prados del Este cuando un vehículo lo atropelló cuando intentaba evadir una barricada. El trágico incidente se perfila como un efecto colateral de las guarimbas de la derecha pero las acusaciones fueron dirigidas al Gobierno Nacional.
Dos fallecidas en la autopista Valencia – Puerto Cabello. Ana Colmenarez y María Guanipa viajaban en un autobús que chocó y se volcó el 2 de mayo por la instalación de una barricada en la vía. La Fiscalía 3° del estado Carabobo lleva a cabo las investigaciones. La derecha también hizo caso omiso a este acto terrorista y sus circunstancias.
Armando Cañizalez. El 3 de mayo los medios y dirigentes de la derecha buscaron posicionar nuevamente la matriz de que fue impactado por una bomba lacrimógena. En realidad fue impactado por un proyectil en circunstancias que son investigadas por el Ministerio Público.
Juan Bautista. Es una víctima de la violencia fascista desplegada en otros espacios. El 4 de mayo, finalizando una Asamblea de estudiantes en la Universidad Politécnica Territorial José Antonio Anzoátegui (UPTJAA), uno de los asistentes se le acercó y le propinó varios disparos. La víctima no figura en la lista de las víctimas de las manifestaciones de abril y mayo aunque su caso es investigado por el Ministerio Público.
Gerardo Barrera. Era oficial agregado de la Policía de Carabobo y resultó herido por arma de fuego en las protestas violentas de la derecha en la entidad. Los medios y la derecha no le dieron protagonismo a su historia: cumplía labores de orden público en una jornada violenta.
Miguel Medina. Falleció durante la madrugada del 5 de mayo tras haber recibido un disparo en su abdomen el 3 de mayo cuando estaba en una protesta convocada por la derecha en Pomona, al sur de Maracaibo.
Hecder Lugo. Su muerte fue registrada el 4 de mayo por un disparo en el medio de actos violentos de la derecha en Carabobo. La víctima mortal tampoco se posicionó en portadas o declaraciones de la derecha: meses antes había presentado exámenes para ingresar a la Academia Militar de la Armada.
César Guzmán. Es una de las víctimas de la violencia fascista en otros espacios y circunstancias. El 4 de mayo, finalizando una Asamblea de estudiantes en la UPTJAA, uno de los asistentes se le acercó y le propinó varios disparos. La víctima no figura en la lista de las víctimas de las manifestaciones de abril y mayo aunque su caso es investigado por el Ministerio Público.
Anderson Dugarte. Era mototaxista y se encontraba trabajando cuando la fatalidad lo alcanzó: recibió un disparo al pasar por una manifestación violenta en Mérida el 10 de mayo. La derecha no utilizó su nombre para la campaña tras conocerse, por declaraciones de Néstor Reverol, que comulgaba con los ideales de la Revolución Bolivariana.
Miguel Castillo. El 10 de mayo participaba en una manifestación en Las Mercedes cuando resultó herido. Nuevamente la GNB fue foco de acusaciones, pero los más recientes informes establecen que fue impactado por un objeto metálico esférico de dos centímetros aproximadamente a escasos metros.
Carlos Hernández. Murió luego de que la moto que manejaba impactó contra una barricada que no pudo ver colocada el 12 de mayo por fascistas en la avenida Intercomunal Barquisimeto-Acarigua. La causa de su muerte bastó para que la derecha y los medios omitieran esta víctima fatal.
José Alcoholado. Era conocido como Chico Alejo. Fue asesinado de múltiples disparos en un restaurante mientras participaba en una actividad en apoyo al presidente Nicolás Maduro. El chileno se convirtió en una nueva víctima del fascismo de la oposición en hechos aislados a las actividades de calle. La derecha silenció su muerte por tratarse de un miembro activo de los grupos revolucionarios del Gobierno Bolivariano.
Luis Alviarez. Resultó herido el 15 de mayo en una manifestación en el estado Táchira. Fue impactado por un disparo. La tesis de “violenta represión” se posicionó como la causa de su muerte en portales y declaraciones de la derecha. El caso es investigado por el Ministerio Público.
Diego Mora. El 16 de mayo resultó herido en Barinas. Se encontraba en las adyacencias de un sector donde se realizaba el denominado plantón convocado por la oposición. Un grupo de personas efectuó varios disparos hiriendo al joven. Los mensajes en redes sociales se inundaron acusando al Gobierno Nacional de lo calificaron de “asesinato”. El caso se mantiene en investigación.
Diego Hernández. La derecha y sus medios aprovecharon las circunstancias que rodearon esta muerte para sus fines políticos. Un efectivo de la Policía de Táchira resultó ser el ejecutor de los disparos del 16 de mayo, sin embargo, la víctima fue invisibilizada una vez que se conoció que era jefe de calle de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y mototaxista.
Diego Arellano. Fue herido por impacto de bala cuando participaba en una manifestación que bloqueaba el paso por la carretera Panamericana el 16 de mayo. La GNB fue centro nuevamente de las denuncias. El Ministerio Público comisionó a la fiscal 1 de Miranda para investigar el caso.
José Francisco Guerrero. El Ministerio Público investiga la muerte de este joven, de 15 años, ocurrida el 16 de mayo en San Cristóbal (Táchira) a pocos metros de donde se desarrollaba una manifestación. Recibió un disparo cuando realizaba compras en un abasto. La derecha, sin embargo, lo calificó de manifestante.
Manuel Castellanos Molina. El 17 de mayo realizaba compras en un establecimiento de Guásimos (Táchira) donde se realizaba una manifestación cuando se presentó una situación irregular durante la cual recibió un disparo en el cuello. Tres sargentos de la GNB serán presentados en las próximas horas por este caso.
Paúl Moreno. Resultó herido durante una manifestación la tarde de este jueves 18 de mayo en la avenida Fuerzas Armadas de Maracaibo. De acuerdo con la información preliminar, el joven fue arrollado por una camioneta en donde se llevaba a cabo una manifestación.
De las 54 víctimas solo seis de ellas se encuentran relacionadas con integrantes de los cuerpos de seguridad del Estado. Por estos casos dos funcionarios de la Policía de Carabobo, 17 efectivos de la GNB, un efectivo de la Policía de Sucre y un efectivo de la Policía de Táchira están señalados por uso indebido de arma de fuego y han sido presentados o imputados por las autoridades. Es conveniente aclarar que las autoridades determinaron que en uno de los casos un PNB no estaba en funciones de orden público aunque disparó.
35 personas murieron por disparo de armas de fuego. De esta cifra se cuentan dos casos que tuvieron como escenario las barricadas.
Otras dos víctimas resultaron muertas por otros impactos: uno por pistola de perno cautiva y otra víctima al ser alcanzada por un objeto metálico. Otras cuatro perecieron en accidentes de tránsito y dos personas arrolladas por daños colaterales de las guarimbas de la derecha. Dentro de esta narrativa también se incluye a una víctima cuya causa de muerte fue un ACV que no pudo ser atendida a tiempo por el bloqueo de una vía.
Ocho fallecieron electrocutados al intentar entrar a una panadería en El Valle. Tres personas murieron en el marco de hechos puntuales: la residencia de Bryan Principal fue atacada. Uno de los fallecidos en El Valle murió por asfixia. Almelina Carrillo por objeto contundente. De estos casos precisos también es necesario mencionar los funcionarios fallecidos: uno de la Policía de Lara, un GNB y un efectivo de la Policía de Carabobo, Todos en cumplimiento de sus funciones.
49 hombres figuran como víctimas y cinco mujeres. También se precisan ocho menores de edad (tres jóvenes de 17 años, un adolescente de 16, dos de 15 y otro de 14 años). Dos de estas víctimas resultaron muertas en las jornadas violentas de El Valle.
Aunque la derecha ha buscado vender la imagen de un país convulsionado, la violencia no se ha extendido en todo el territorio. Distrito Capital registra 18 de las víctimas. Seguido por Miranda (7), Carabobo (7) y Lara (7). Táchira contabiliza seis y Mérida tres. Cierran el balance Anzoátegui (2), Barinas (2) y Zulia (2).
Los dirigentes de la derecha y los medios de comunicación aliados buscan siempre ofrecer la exclusiva aunque desconozcan las causas que rodean los hechos. Queda al descubierto cuando se compulsa la información preliminar de estas fuentes con la que dan a conocer las autoridades competentes lo que deja muy claro que, entre sus banderas, no cuenta la razón.
T/Ciudad CCS/Betzabeth Márquez