Comparaciones entre dos López: Oscar y Leopoldo

oscarEn una oportunidad, el presidente Maduro propuso socarronamente el canje de Oscar López Rivera, el preso político más antiguo del mundo, por el político preso Leopoldo López Mendoza.

Con ello puntualizaba que el Gobierno de los Estados Unidos mantenía en la cárcel, con 35 años de presidio y una condena cuasi perpetua, a un verdadero activista. En cambio las autoridades venezolanas habían impuesto una pena de apenas 13 años a un instigador determinante de daños e incendio al edificio de la Fiscalía General venezolana, en un acto público y notorio el 12 de febrero de 2014, en un contexto de guarimbas orquestadas que asesinaron a la postre a 43 personas.

La administración Obama, con una mera declaración, rechazó de plano cualquier tipo de canje que diera con la liberación de López Rivera.

Barack Obama, casi en la puerta trasera de salida de la Casa Blanca, conmutó la pena de Oscar López Rivera. Esto desató reacciones en Venezuela, incluyendo las de la esposa Lilian Tintori, quien increpó a Maduro por lo que a su criterio debía ser la automática liberación de Leopoldo López Mendoza. Manipulando las palabras de Maduro, Tintori apuntó al Presidente señalando que “un hombre de verdad cumple su palabra”, así como cuando hubo las guarimbas pacíficas prometidas por Leopoldo López. En fin.

López versus López

Esto nos lleva en consecuencia a hacer una comparación de los perfiles de los dos López, cosa que es muy útil para definir qué es un preso político y qué no. Recordemos que la frase de Maduro vino luego de que algunos medios transnacionales antichavistas le endosaran a Leopoldo López el subtítulo de “el Mandela latinoamericano”, cuando ya se le había adjudicado el mote a López Rivera, quien estuvo preso durante casi 35 años.

Presidencia:

López Rivera nunca se declaró aspirante a la Gobernación o a una eventual presidencia de Puerto Rico. Cuando fue encarcelado, no era una figura notoria. Fue un hombre común -incluso sirvió a EEUU en Vietnam- que no poseía vínculos familiares a la élite económica de su país. Como la mayoría de los presos políticos del mundo, su encarcelamiento no fue cuestionado por élites y castas gobernantes de otros países.

López Mendoza, uno de los hijos favoritos de la burguesía, es exactamente todo lo contrario a López Rivera en este sentido. Su carrera a la silla de Miraflores es evidente, lo que reduce su lucha a un interés personal, inspirado por el interés de la élite que lo patrocina dentro y fuera de Venezuela.

Independentismo:

López Rivera luchó por un Puerto Rico que se encuentra bajo la figura de “Estado libre asociado”, eufemismo de Estado bajo condición de colonización y ocupación por una potencia. Puerto Rico está bajo subordinación. Fue un luchador y activista por la independencia de su país. Fue encarcelado por delitos comunes. Es decir, nunca pudieron endosarle actos de terrorismo, ni ninguna muerte se le pudo achacar en su lucha política por un Puerto Rico independiente.

López Mendoza lucha por un regreso de la hegemonía norteamericana sobre el control de la política y los recursos naturales venezolanos. En el año 2014, Wikileaks reveló cables diplomáticos norteamericanos donde se aprecia con claridad meridiana que López Mendoza es el favorito de EEUU en Venezuela. A éste se menciona al menos 77 veces en los cables diplomáticos de EEUU filtrados ese año por Wikileaks y su ascenso político era abiertamente patrocinado por la diplomacia gringa en Venezuela. La alianza de López Mendoza con los poderes fácticos le quita cualidad de activista, es más bien un operador político extranjero bajo la apariencia de dirigente.

Crímenes:

López Rivera, aunque formó parte de las llamadas Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), fue acusado de robo a mano armada, posesión de arma sin registro y de uso de vehículo robado. Esas acusaciones por delitos comunes devinieron en una por “conspiración sediciosa”. Según la justicia gringa, con esos actos López Rivera intentaría expulsar a EEUU de Puerto Rico.

López Mendoza llamó abiertamente al derrocamiento del legítimo Gobierno Bolivariano, conspiró en la formulación de actos violentos encubiertos bajo supuestas protestas populares enmarcadas en el plan La Salida. Patrocinó guarimbas que generaron 43 muertes en Venezuela y fue autor material en un acto de instigación a la violencia siendo determinante en daños e incendio contra el inmueble y las personas en la Fiscalía General en 2014. Los actos de López Mendoza se encuentran claramente tipificados en la legislación venezolana e intentó salir impune de ellos alegando razones políticas.

Paradojas

Si Leopoldo López Mendoza (fijémonos en las razones obvias por las que siempre encubren su segundo apellido) hubiese cometido sus actos en EEUU, hubiese recibido no menos de los años que recibió de condena López Rivera, probablemente cadena perpetua o hasta pena de muerte (según el estado).

Este tema, desatado por “lo que dijo Maduro”, tiene otra paradoja. Leopoldo López Mendoza debería estar al menos 35 años preso para tener la talla del “Mandela caribeño” que sí tiene López Rivera.

Llevando al extremo el jueguito de “vamos a apoyarnos en lo que él dijo”, curiosamente el partido de López Mendoza, Voluntad Popular, afirma que el presidente Maduro no es Presidente, pues según ellos “abandonó el cargo”. Siendo así, no deberían esperar a que Maduro firme absolutamente nada para indultar al mencionado sujeto.

T/Misión Verdad