Ricardo Hausmann, el conspirador financiero contra la Revolución Bolivariana

Foto referencial
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Los llamados sicarios económicos no suelen vestirse con capucha negra y apuntar con pistolas. Suelen estudiar en las universidades top del hemisferio imperial y se caracterizan por entregar a la miseria naciones enteras por un puñado de dólares. Hausmann, conspirador financiero contra la Revolución Bolivariana, es sin duda un operador de alta factura. Aunque diga que dedica su “tiempo libre a pensar cómo mejorar Venezuela”, este prontuario muestra que, cuando tiene el primer chance, no duda en entregar las sardinas a los tiburones más hambrientos.

De la cueva de anunciantes del caos, ajustes macroeconómicos y lobbistas de saqueadores institucionales salió Ricardo Hausmann. Hoy hace las veces de Director del Centro Internacional de Desarrollo en la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard, y también de profesor de Praxis de Desarrollo Económico en la Escuela Kennedy de Gobierno de la misma universidad, así como de la Cátedra George A. Cowan del Instituto Santa Fe. Su prontuario avala su actual currículo, sin desmerecer ningún bolsillo como suele suceder en los casos de estos sicarios esconómicos.

Aunque venezolano hijo de inmigrantes, se fue demasiado a la Universidad de Cornell, Estados Unidos, a cursar estudios de Ingeniería y Física Aplicada. Más temprano que tarde se dio cuenta de que lo suyo era robar, por lo que decidió sacar máster y doctorado en Economía en la misma casa de estudios.

Sin embargo, lo de robar tampoco es para peces recién nacidos, por lo que decidió ser cabildero de primer nivel, enlace calculador entre los tiburones de larga data y las presas rentistas del coroto en Venezuela. Fue así como, de vuelta a su país natal, realizó una investigación en torno al modelo Arepa en el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, que consistía en una rígida teoría de política económica pública para la industria petrolera avanzada en conjunción con el sector privado. Pasó por las oficinas de la Oficina Presidencial de Coordinación y Planificación (Cordiplan) durante el gobierno de Jaime Lusinchi en calidad de pasante. De ahí en adelante todo fue ganancia.

En función de ello, Hausmann ha sumado a su currículo sus esfuerzos tecnocráticos, y cuyos resultados, en Venezuela, a finales de los ochenta y a principios de la década de los noventa, no fueron nada alentadores. Hoy, nuevamente, pretende, junto a poderosos sectores económicos, restituir la política neoliberal y, con ello, arrasar con los logros sociales obtenidos por el pueblo venezolano.

El plan es arrodillar a Venezuela y a su pueblo ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en el pasado cercano dejó altos niveles de pobreza, exclusión, concentración de la riqueza, precarización del empleo e inseguridad social.

Esa confabulación quedó en evidencia en la conversación telefónica que sostuvo con Lorenzo Mendoza, dueño de Empresas Polar, audio que fue divulgado el miércoles de la semana pasada por el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello.

Fue asesor de la candidatura de Henrique Capriles en las elecciones presidenciales de 2012. Orientaba a la Mesa de la Unidad en aras de las elecciones del 07 de octubre, la cual buscaban montar un sistema que anunciaría los resultados antes que el Consejo Nacional Electoral, para luego ser el ministro de economía del candidato opositor y siempre perdedor Henrique Capriles Randoski.

Desde entonces ha estado muy activo desde sus oficinas en Boston escribiendo artículos (tiene una columna ocasional en El Nacional) y dictando conferencias que presagian una caída económica que dejaría al país subsumido al caos profundo que hoy viven países como Guinea Ecuatorial y Sierra Leona.

Erotizado con la idea del default, hizo su pronóstico para el 2016: Venezuela deberá hasta las hormigas. En septiembre del año pasado, el presidente Nicolás Maduro anunció públicamente que Hausmann estaba implicado en una conspiración internacional contra Venezuela Bolivariana, y lo tildó de asesor económico del sector ultra de la derecha local, endilgamiento incuestionable cuando se trata del tipo que dio una hoja de ruta particular a los saqueadores habituales del puntofijismo.

Ricardo Hausmann es el típico operador financiero que estigmatiza las soberanías y celebra las dolarizaciones. Cree que por haber sido intermediario alguna vez en la venta del país al gran capital podrá hacerlo hoy con el chavismo en la calle y en el Gobierno.

T/Misión Verdad/AVN/Central Bolivariana/RNV