Hoy se cumplen 152 años del nacimiento del médico del pueblo José Gregorio Hernández, y su vocación infinita sigue arraigada en los venezolanos.
El Doctor José Gregorio Hernández nació en Isnotú, Estado Trujillo (Venezuela), el 26 de octubre de 1864. Desde los 13 años, en 1877, fijó su residencia en Caracas. Fue un estudiante sobresaliente y un científico notable. Realizo un doctorado en Medicina en 1888. Luego de un postgrado en París se dedicó al ejercicio profesional y a la docencia universitaria.
Fundó las cátedras de Histología, Fisiología Experimental y Bacteriología en la Universidad Central de Venezuela. Se distinguió por su fe inquebrantable, su castidad, su humildad y sencillez, su profesionalismo, su devoción a la Virgen, y su amor a Dios y al prójimo.
El 29 de junio de 1919, mientras llevaba medicinas a un enfermo necesitado, un automóvil puso fin a su vida, en ese momento el pueblo caraqueño, al saber de su muerte, exclamó: “¡Ha muerto un santo!”. Se le conoce como un apóstol de la caridad.
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