Desde el 9 de marzo los franceses se han volcado a las calles para protestar en contra de la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo para «afrontar la crisis de desempleo» que actualmente vive el país, cuya tasa de paro se sitúa en un 10 por ciento.
Cientos de miles de personas han salido a las calles de París, la capital y otras 200 ciudades, para denunciar la reforma apoyada por el Gobierno.
Los manifestantes consideran la reforma como una medida liberal que perjudica a la clase obrera. En varias ciudades, las marchas acabaron en choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que recurrieron a gases lacrimógenos. Es la tercera jornada de protestas contra la reforma en un mes.
¿De qué se trata la reforma laboral?
La reforma laboral pretende hacer «ajustes» a la jornada laboral de 35 horas por semana, política introducida en el país en el año 2000 por los socialistas y que se convirtió en una estrategia emblemática para el movimiento de izquierda, con el fin de reducir el 10 por ciento de desempleo.
La propuesta para transformar la Ley del Trabajo, entre otras cosas, plantea que se mantenga la jornada de 35 horas laborales a la semana, pero que las empresas organicen calendarios alternativos en temporada alta, para ampliar los turnos a 48 horas semanales y 12 horas al día, sin el pago de horas extras, sino que se otorguen más horas de descanso al trabajador.
La principal concesión del Gobierno, luego de ver el alto rechazo del proyecto, fue renunciar a establecer un tope a las indemnizaciones por despido improcedente, sustituido por «un baremo indicativo» que servirá de referencia para los jueces de lo social.
La opinión general entre los analistas, los sindicatos y los ciudadanos es que este proyecto provocará más precariedad para los trabajadores.
T/TeleSur