Presidente Maduro agradece al pueblo de Noruega por rechazar injerencia imperialista

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, expresó públicamente su agradecimiento al pueblo noruego por manifestarse en las calles de Oslo en respaldo a Venezuela y en rechazo a la injerencia imperialista.

«Quiero agradecerle a los miles de noruegos que salieron a las calles para respaldar a Venezuela en su deseo de paz y desarrollo. Demostraron su apoyo diciéndole al mundo: No a la guerra por el petróleo, no a la sangre por el petróleo», declaró el Mandatario venezolano.

El jefe de Estado indicó que la movilización ciudadana, de carácter autoconvocado, sirvió para apoyar a Venezuela y repudiar las amenazas militares en el Caribe, atribuidas a Estados Unidos. Entre las consignas observadas en las pancartas destacaba un contundente «No al Nobel sangriento».

La protesta se centró en rechazar la decisión de otorgar el Premio Nobel de la Paz a la agente de la ultraderecha María Corina Machado, a quien los manifestantes y organizaciones solidarias identifican como una aliada clave de la estrategia de presión de Estados Unidos (EE. UU.) contra Venezuela. Los críticos denuncian una clara contradicción con el espíritu del galardón.

Una portavoz de organizaciones de solidaridad internacionales presentes afirmó: «María Corina Machado no representa paz. Representa agresión militar, imperialismo e intervencionismo. Este premio es falso en el contexto de la expansión de las guerras y las operaciones militares occidentales». Esta postura ha generado un amplio debate dentro de la propia Noruega.

La controversia ha traspasado el ámbito social y ha provocado tensiones dentro del Gobierno de Noruega, liderado por la socialdemocracia. La lista de invitados oficiales a la ceremonia, mayoritariamente proveniente de partidos de derecha, ha expuesto un choque interno entre la tradicional diplomacia de paz noruega y un creciente alineamiento con las posiciones geopolíticas de Washington.

Las agrupaciones protestantes sostienen que la galardonada no cumple con el testamento original de Alfred Nobel, el cual estipula que el premio debe reconocer a quienes hayan contribuido de manera destacada a la fraternidad entre naciones, la reducción de ejércitos y la promoción de procesos de paz.

La manifestación en Oslo resume la indignación que se ha extendido a movimientos de solidaridad, plataformas pacifistas y sectores sociales de diversos países. Estos ven en la concesión del premio un respaldo a figuras que han impulsado sanciones, bloqueos económicos, llamados a la intervención militar y violencia política en Venezuela.

T/RNV