Venezuela conmemoró los 533 años del Día de la Resistencia Indígena, una fecha emblemática que honra la fortaleza, la sabiduría y el legado de los pueblos originarios de América frente a la colonización. Esta jornada se consolida como un día de reivindicación histórica y identidad cultural.
En un acto de profundo simbolismo, el presidente de la República, Nicolás Maduro, se unió a una multitudinaria marcha que recorrió las calles de Caracas. La movilización rindió tributo a los aborígenes venezolanos y reafirmó el compromiso del Estado con la justicia social, la igualdad y la defensa de la identidad cultural.
Frente a las amenazas externas, el mandatario nacional expresó con firmeza: “A los venezolanos nos llaman los come candela, que sepan los imperialistas somos el pueblo de los come candela y jamás podrán con nosotros”. Maduro se proclamó heredero de una estirpe “Caribe, guerrera, indomable, invencible e indestructible”.
Con palabras cargadas de fuerza histórica, el jefe de Estado se refirió a su propio linaje y al espíritu del pueblo: “Soy Nicolás Maduro, indio brazo duro, hijo de Guaicaipuro”. Subrayó que ni la lluvia ni los truenos podían apagar la energía de un pueblo decidido a ser libre, en “Caracas la rebelde, la de los abuelos indios”.
El presidente Maduro extendió su saludo a todos los pueblos de América, desde México hasta la Patagonia. Su mensaje incluyó de manera especial a las comunidades indígenas de estados como Bolívar, Amazonas, Sierra de Perijá y a los pueblos hermanos de Colombia, Perú y toda Suramérica.
Esta conmemoración del Día de la Resistencia Indígena refuerza la unidad continental y la lucha por la soberanía de los pueblos. Venezuela reafirma, en esta fecha, su compromiso inquebrantable con la memoria de sus ancestros y la defensa de su identidad cultural frente a cualquier amenaza.
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