Rusia celebra el 80 aniversario de su industria atómica impulsando la paz y el progreso

Al cumplirse en 2025 los 80 años de la creación de la industria atómica rusa, el Embajador de Rusia en Venezuela, Sergey Mélik-Bagdasárov, repasó en un artículo de su autoría la historia de coraje, innovación y cooperación pacífica en esta área fundamental para la defensa y el uso de la energía para la Paz.

Este 2025, Rusia conmemora una fecha histórica: el 80º aniversario de su industria atómica. Como destaca el embajador Mélik-Bagdasárov, estas ocho décadas narran una epopeya de coraje científico e innovación tecnológica, con un firme compromiso con el progreso humano. El punto de partida, en agosto de 1945, fue la creación del Comité Especial para la energía atómica, una respuesta a la amenaza que representaron los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Desde su inicio, la visión soviética concibió el átomo no solo como un escudo defensivo, sino también como una fuente de energía para la vida.

El esfuerzo de pioneros como Ígor Kurchátov permitió que en 1954 se inaugurara en Óbninsk la primera central nuclear del mundo. Este hito, subraya el Embajador Mélik-Bagdasárov, marcó el nacimiento del “átomo para la paz”, demostrando que la energía nuclear podía ser una fuente limpia, segura y prácticamente inagotable, abriendo un nuevo capítulo para la humanidad.

Hoy, Rusia es la única nación que controla todo el ciclo nuclear. Bajo el lema “Orgullo, Inspiración y Sueño”, la industria ha desarrollado reactores de última generación, la flota de rompehielos nucleares más poderosa del planeta y aplicaciones médicas avanzadas que salvan miles de vidas. Como explica el embajador Sergey Mélik-Bagdasárov, esto incluye liderazgo en fusión nuclear y reactores modulares que garantizan electricidad en las regiones más remotas.

Un avance revolucionario son los reactores de neutrones rápidos, que permiten reutilizar el combustible una y otra vez en un “círculo virtuoso”. Este enfoque, tal como cita el Embajador de las declaraciones del OIEA, reduce radicalmente los residuos y abre la puerta a una energía prácticamente ilimitada, fortaleciendo la seguridad energética global.

La cooperación internacional es un pilar fundamental. En este sentido, Mélik-Bagdasárov resalta el estrecho vínculo con Venezuela, explorando conjuntamente proyectos en energía nuclear, medicina y formación de talento para fortalecer la seguridad energética y mejorar la calidad de vida de ambos pueblos.

Frente al cambio climático y la creciente demanda eléctrica, la energía atómica se erige como una respuesta real. Rusia está preparada para liderar este proceso con tecnologías limpias y competitivas. Al rendir homenaje a los pioneros, el Embajador Sergey Mélik-Bagdasárov concluye que la industria atómica rusa es un orgullo nacional y un patrimonio de la humanidad, demostrando que el átomo puede y debe ser un instrumento de paz, progreso y cooperación.

T/RNV