Rusia ha denunciado formalmente en la Organización de Naciones Unidas (ONU) las sanciones internacionales contra Venezuela. Su misión permanente en Ginebra lanzó un contundente alegato durante el Consejo de Derechos Humanos.
La representación rusa afirmó que esta presión externa constituye una “seria amenaza para los derechos humanos” de los venezolanos. Señaló que ya se han impuesto más de mil restricciones diferentes contra el país.
Moscú calificó estas medidas de “ilegítimas” y destacó su “proyección humanitaria directa”. La diplomacia rusa también enfatizó su oposición a lo que denominó “la politización del trabajo” del Consejo de Derechos Humanos.
La denuncia refleja la profunda división geopolítica en los organismos multilaterales. Rusia y Venezuela encuentran apoyo mutuo frente a las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por EE.UU. y países aliados.
Esta postura fue celebrada recientemente por el canciller venezolano, Yván Gil, quien afirmó que la mayoría de las naciones en el Consejo reconocen el impacto negativo de las sanciones.
El debate en la ONU evidencia cómo las sanciones económicas se han convertido en un campo de batalla diplomático. Las agresiones contra Venezuela sigue siendo un punto central de tensión internacional.
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