El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que la OTAN está librando una guerra “de facto” contra Rusia, afirmando que esto es evidente y no requiere pruebas. Sostuvo que el respaldo militar, financiero y logístico de los países aliados a Ucrania constituye una participación directa en el conflicto.
Peskov criticó además a Europa por ignorar las causas primarias del conflicto. Expresó que “nadie quiere profundizar en la esencia del conflicto, los europeos entorpecen el proceso, no pretenden prestar atención alguna a las causas primarias de esta crisis”.
Estas declaraciones surgen como respuesta a las palabras del ministro de Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski. Durante una visita a Kiev el 12 de septiembre, Sikorski afirmó que la OTAN no está en guerra con Rusia, aunque acusó a Moscú de expandir el conflicto más allá de las fronteras ucranianas.
Por su parte, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, se refirió a la falta de voluntarios en la UE para una guerra en defensa de Ucrania. Al respecto, Zajárova sostuvo que “eso debió admitirse antes”, en una clara alusión a la postura crítica del Kremlin hacia Occidente.
El gobierno ruso informó que su operación militar especial en Ucrania en febrero de 2022 fue una medida necesaria. Argumentó que era para proteger a la población de un genocidio y para contener el avance de la OTAN hacia el este, una amenaza a su seguridad nacional.
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