Durante una cumbre convocada por el Frente de lucha contra el imperialismo de Brasil, los participantes alzaron su voz en defensa del derecho a la autodeterminación y la soberanía de los pueblos. El evento sirvió como una plataforma firme para rechazar la hegemonía de las grandes potencias.
Los movimientos sociales reunidos calificaron las sanciones internacionales como ilegales, argumentando que constituyen un crimen contra la humanidad. En un documento conjunto, expresaron su apoyo explícito a la resistencia del pueblo palestino frente a la ocupación israelí.
El comunicado hizo hincapié en la grave situación en Gaza, que ha resultado en miles de víctimas fatales y el desplazamiento forzado de su población. Esta postura reafirma la solidaridad con la causa palestina como un punto central de la agenda.
La cumbre fue celebrada por sus asistentes como un símbolo de unidad del sur global. Se la consideró un paso significativo hacia la consolidación de alianzas entre los movimientos antiimperialistas de América Latina y Asia.
Entre las exigencias clave, figuró el llamado al cese inmediato del bloqueo económico de EE. UU. contra Cuba y Venezuela. Los participantes urgieron a la comunidad internacional a presionar para levantar estas medidas.
El contexto de la cumbre se enmarca en un escenario de tensiones geopolíticas, con denuncias sobre las amenazas de EE. UU. Estas incluyen la movilización de tropas en el sur del Caribe hace tres semanas, bajo la justificación de una operación antidrogas.
T/RNV