Rusia calificó como “totalmente inaceptable” la presión ejercida por Estados Unidos sobre Venezuela, advirtiendo que esta acción representa una grave amenaza para la seguridad regional. La declaración fue realizada por María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, quien condenó enérgicamente las acciones de Washington.
Zajárova señaló que la actitud de Occidente hacia los países que buscan aplicar su propia política nacional es absolutamente reprobable. Afirmó que Venezuela está sufriendo una “presión descarada en todos los frentes”, incluyendo lo que Moscú considera manipulaciones políticas destinadas a desestabilizar al gobierno legítimo.
La portavoz rusa cuestionó la legitimidad de las críticas occidentales a los procesos electorales venezolanos. “Fíjense cuántas veces Venezuela ha celebrado elecciones democráticas y cuántas veces estas elecciones no han sido reconocidas por Occidente”, declaró, destacando que el rechazo se debe simplemente a que los resultados no les son convenientes.
La presión estadounidense no es solo retórica. Incluye un riguroso régimen de sanciones económicas y acusaciones de supuestos incumplimientos de derechos humanos. Zajárova alertó que “la situación se está agravando de manera inadmisible”, creando un riesgo inminente para la estabilidad general de la región.
El punto de tensión más reciente es el despliegue militar de EE. UU. en el sur del Caribe, justificado como una medida contra el narcotráfico. Venezuela rechaza esta acción, tachándola de acto de agresión sin pruebas que la sustenten y denunciando la movilización de buques de guerra y un submarino nuclear.
El presidente Nicolás Maduro respondió a esta amenaza calificándola de “extravagante, injustificable, inmoral y criminal”. En un acto de defensa soberana, convocó jornadas de alistamiento voluntario, afirmando la incorporación de más de 8 millones de venezolanos a la Milicia Bolivariana.
La postura de Washington no ha pasado desapercibida en la comunidad internacional. Varios países latinoamericanos, incluidos miembros de la ALBA, Cuba, México, Colombia y Bolivia, han condenado el despliegue militar. Este rechazo multilateral fue expresado en una cumbre virtual donde se criticaron las acciones estadounidenses.
El apoyo a Venezuela se extiende más allá de América Latina. Potencias como China y Rusia, aliados estratégicos de Caracas, han reiterado su respaldo al gobierno del presidente Nicolás Maduro, condenando la presión externa y abogando por el respeto a la soberanía y la no intervención en los asuntos internos del país.
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