Nacido en Trujillo el 29 de agosto de 1893, Laudelino Mejías es reconocido como uno de los directores de bandas y compositores más destacados de Venezuela durante el siglo XX. Su influencia fue pivotal en la escena musical nacional, siendo incluso uno de los primeros orientadores en la carrera del renombrado guitarrista Alirio Díaz.
Su carrera directorial despegó al frente de la Banda Filarmónica del estado Trujillo, sucesora de la fundada por el clérigo español Esteban Razquin. Sin embargo, fue en 1922, ya como director de la Banda Lamas en Valera, cuando compuso sus dos valses más célebres: “Mirando al Lago”, inspirado en el Lago de Maracaibo, y el inmortal “Conticinio”, pieza que le otorgó fama internacional y nació de su nostalgia por la tierra trujillana.
La trayectoria de Mejías fue de constante crecimiento y excelencia. Dirigió y transformó agrupaciones como la Banda Sucre de Valera, considerada la segunda más importante del país, y la Banda Dalla Costa de Ciudad Bolívar, a la que elevó de 9 a 40 ejecutantes, compaginando siempre su labor directorial con una profunda vocación docente.
Su catálogo compositivo es vasto y variado, con más de 300 piezas que incluyen valses, marchas, himnos y sinfonías. Entre sus obras más emblemáticas, además de “Conticinio”, se encuentran “Canto a mis montañas”, “Alma de mi pueblo”, “Silencio Corazón” y el “Himno a la Victoria”. Su talento fue reconocido internacionalmente con el título de “Maestro Académico Honoris Causa” por la Academia de la Música de Roma.
El legado musical de Laudelino Mejías, quien falleció en Caracas el 30 de noviembre de 1963, trascendió su propia vida y fue continuado por su familia. Su nieto, Franklin Laudelino Mejías (1945-2025), fue un destacado mandolinista y compositor que formó parte fundamental del movimiento de la “canción necesaria” de los años 70 en Venezuela, colaborando estrechamente con iconos como Alí Primera.
Franklin, junto a su hermano Gilberto Mejías Palazzi (1947-2000), heredaron una larga estirpe musical. La versatilidad en el caso de Franklin lo llevó desde el rock como baterista en agrupaciones como Los Darts, hasta fundar en 1973 junto a Eduardo Ramírez y Elías Arrechider, el Grupo Ahora, de marcado carácter revolucionario donde fungió como cantante, cuatrista, compositor y mandolinista, dejando una huella indeleble en la música popular venezolana.
La historia de Laudelino Mejías y su familia es un pilar fundamental de la cultura musical venezolana. Desde el vals que conquistó el mundo hasta la canción de protesta que animó la lucha social, su apellido representa un compromiso perdurable con el arte, la enseñanza y la identidad nacional, un legado que continúa resonando.
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