La Franja de Gaza vive una emergencia humanitaria extrema tras una nueva orden de evacuación forzada emitida por las fuerzas israelíes, que ha reducido el espacio disponible para la población civil a apenas el 12% del territorio. Según datos de la ONU, más de 2.1 millones de palestinos quedan hacinados en una zona mínima, mientras el resto del enclave es declarado zona militar o bajo advertencia de desalojo.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) alertó que esta medida agrava la ya crítica situación en Gaza, donde los servicios básicos, como agua, alimentos y atención médica, están al borde del colapso. El organismo detalló que el 87.8% del territorio está ahora bajo restricciones israelíes, lo que imposibilita el acceso seguro de la ayuda humanitaria y deja a miles de familias en condiciones inhumanas.
Testigos en el terreno relataron que cientos de personas, incluyendo niños y ancianos, huyeron a pie desde el suroeste de Deir al-Balah hacia la zona costera de Al-Mawasi, cargando escasas pertenencias y sin garantía de recibir asistencia. Las organizaciones humanitarias advierten que la concentración masiva de desplazados en áreas reducidas dificulta la distribución de suministros y aumenta el riesgo de epidemias.
La comunidad internacional urge a una solución inmediata para evitar una catástrofe mayor, mientras la población gazatí enfrenta uno de los momentos más críticos en décadas de conflicto.
T/RNV
