La lucha contra la guerra cognitiva debe ser desde la organización social

La forma de enfrentarse a la guerra cognitiva que el mundo acecha es afirmar que quienes lo habitan son un sistema de inteligencia social y sujetos políticos, «porque estamos habitando conscientemente, efectivamente e inteligentemente un territorio que está compuesto por símbolos de afectos e historia con deseos a futuro que están haciéndolo posible porque hay un sistema social de interrelaciones», aseveró el vicepresidente sectorial de Comunicación y Cultura, Freddy Ñáñez, durante su intervención en el Taller Nacional de Comunicación Popular «Tanques de Pensamiento Comunal».

Destacó la importancia de que la sociedad se oponga a la guerra cognitiva mediante la organización social, «y debe trascender el concepto de la comunicación», ya que es planteada como un problema de oficio particular «que ejercen personas con técnicas particulares que solo pueden ejercer en su soledad».

Expresó que en tiempo de la guerra cognitiva, Venezuela tiene mucho que decir, «reafirmando la liberación del ser humano, la autodeterminación de los pueblos y la capacidad creativa en los valores culturales y la memoria histórica, con mucha voluntad de batalla».

Ñáñez resaltó que esta clase de batalla «debemos tomarla en serio en la medida en que la guerra cognitiva que plantea la OTAN se fundamenta en el conocimiento de la neurociencia, de la psicología, la psiquiatría y de las nuevas tecnologías de la comunicación» y debe ser estudiada efectivamente toda la literatura desde una «perspectiva descolonizada, desde nuestra propia realidad: en dialéctica con nuestra realidad concreta».

Precisó que la realización del individuo no pertenece a una comunidad, no pertenece a un territorio, a una cultura singular y local, no pertenece a un sistema de relaciones sociales ni a un sistema de valor determinado, «sino que pertenece a una cápsula de aislamiento, mediante la cual él tiene una identidad que se produce y se autoproduce sola», siendo este el objetivo de las nuevas tecnologías de comunicación: «la despolitización de la vida en su propio núcleo, y lo que se busca es el individuo aislado porque así produce más plusvalía que una familia o una comunidad productora».

«La guerra cognitiva que plantea la OTAN se fundamenta en el conocimiento de la neurociencia, de la psicología, la psiquiatría y de las nuevas tecnologías de la comunicación».

Una despolitización viene por la vía directa de la inhibición de ese individuo en su voluntad de pensar; «ya no participamos en lo público y el debate público porque está siendo sustituido por los hashtags y por la conversación inducida por las redes sociales», pero que también viene por el hecho de incidir de una manera ventajosa en la percepción que tiene el sujeto de su propia realidad, «el hecho que hoy confiemos mucho más en uno aparentes seguidores o en los influencers o las determinadas plataformas sociales que en nuestra propia realidad hace que no me importe la vida real y social y esto no sucede en Venezuela y se convierte en el punto de quiebre que puede tener la tesis de guerra cognitiva».

El también ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información, sostuvo que una sociedad politizada es una sociedad que se conoce a sí misma, sabe de dónde viene, cuáles son sus conflictos y enemigos, sabe lo que le conviene en función de un proyecto de sistema de ideas y de valores; eso se construyó desde el comandante Hugo Chávez, «con el rescate del imaginario heroico de la Venezuela que se forjó en los campos de batalla, donde las más grandes virtudes ideales y hazañas humanas de hombres y mujeres comunes dieron su vida para que nosotros tengamos libertad»; un relato tan poderoso y tan sencillo a la vez es algo que marca la diferencia en una guerra cognitiva de una sociedad que no tiene identidad, que no se reconoce en el pasado, que no tiene relación con su vecindario, activación en su propio territorio».

Por último, concluyó que «debemos entender como los tanques de pensamiento comunal y las organizaciones populares desde las comunidades que están activadas como una reivindicación política, por eso el método del presidente comienza en la calle, en la realidad, en la capacidad de resistencia que tiene un pueblo en concreto y termina en Radio Bemba».

T/VTV