Se trata de una estructura que construye artificialmente situaciones que permitan promover saqueos y hechos de violencia, generando malestar en el pueblo, como parte de la agenda política de la ultraderecha venezolana que pretende derrocar al Gobierno Bolivariano.
A través del incentivo económico – entre 10 mil y 30 mil bolívares, depende de la función – es el reclutamiento de personas dispuestas a promover saqueos. La estructura organizativa cuenta con personas personas armadas, que someten a los dueños de los comercios, y otros azuzadores – preferiblemente mujeres – que alborotan las calles en donde se encuentren, hasta lograr el cometido, e incluye otros integrantes, encargados de grabar y fotografiar los hechos, divulgándolos en los medios de comunicación.
La información acerca de la estructura de estos comandos y los pagos realizados para la actividad delictiva ha sido entregada por personas capturadas por las autoridades.
Según el texto: “los puntos de venta atacados son infraestructuras del Estado o de pequeños comerciantes. Nunca se ha atacado a una gran cadena como Excelsior Gama, Plaza´s, Sigo, Makro”. Sus blancos preferidos son Mercados Municipales. Asimismo, señalan que debe haber intercambio de información entre los distribuidores y los del Comando para aglomerar a las personas en los puntos estratégicos.
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Luego de varios sucesos violentos recientes como los del mercado de Coche y Antimano en Caracas y el Mercado Municipal de Maracay, que han derivado en la aprehensión de varias personas, se ha podido develar la estructura y el modus operandi de estos grupos comando:
Complicidad interma: Por lo general se logra sobornando a los distribuidores de alimentos, quienes dan la información acerca de la hora de llegada de las mercancías, esto le permite a los criminales generar el rumor para acumular el máximo de personas posibles en un punto de venta. Cabe destacar que todos los puntos de venta atacados son infraestructuras del Estado o de pequeños comerciantes, nunca se ha a tacado a una gran cadena como Excelsior Gamma, Plaza’s, Sigo, Makro, etc. Y su objetivo preferido son los mercados municipales.
Grupo armado: Este está comprendido por dos o tres personas que portan un arma de fuego, para lograr someter a los encargados o a la seguridad del punto de venta, generando el abandono del local por el personal que labora en el sitio. El pago de estos es en efectivo, de una cifra entre 25 mil a 30 mil bolívares.
Rompedores: un grupo comprendido entre dos a cuatro hombres, cuya misión es romper el cerco, abrir las santamarías y llamar al saqueo. Son los segundos en entrar al punto de venta a la fuerza, después del grupo armado. Estos tienen una tarifa de 10 mil Bs.
Azuzadores: es un grupo de cuatro a siete personas que son los que hacen el llamado al saqueo. Para esta labor buscan preferencialmente a mujeres, puesto a que es más dificil que sean aprehendidas por los cuerpos de seguridad dada su condición de género. Su tarifa es de 6 mil bolívares.
Documentadores: Son dos personas que se encargan de documentar el hecho desde cámaras de celulares, para enviarlo a los organizadores (cerebros), quienes luego lo distribuyen a los medios de comunicación y redes sociales. Estos se ubican a distancias prudenciales, para captar un plano general de la acción, en el que se pueda ver tanto a manifestantes como a cuerpos de seguridad. El objetivo de ellos es aportar una imagen o contenido multimedia que haga parecer que hay desesperación de la población y represión por parte de cuerpos policiales. Aún ningún capturado ha aportado información acerca de la tarifa que cobran estos.
Organizadores: Son cuadros bajos del partido Voluntad Popular (aunque una persona capturada en Guarenas señaló a un dirigente de Primero Justicia, sin embargo, la mayoría señala a cuadros del partido naranja). Su misión es reclutar a personas de bajos recursos que estén dispuestos a cometer el delito del saqueo en cualquiera de las formas antes expuestas. Ya hay señalamiento e información que conllevará a la búsqueda y captura de algunos de estos sujetos.
Estas acciones que suponen una fase nueva de la guerra económica, son las más cercanas y peligrosas para el pueblo más humilde de los sectores populares del país, ya que no sólo es un hecho de violencia física, sino que dificulta más aún el proceso de adquisición de alimentos para las familias.
T/ RNV
