Rescatar las recetas ancestrales de los pueblos originarios o el de las abuelas para ser llevadas a las mesas, ya forma parte de los nuevos hábitos de alimentación que han adquirido de manera sana las familias surlaguenses, explicó la docente de la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kléber Ramírez, Heidi Martínez.
Martínez explicó que las transnacionales han sometido al pueblo venezolano a una cruel guerra no convencional, sin embargo, “gracias a ésta situación, la dieta de las familias cambió, por lo tanto, mejorará hasta la salud”, porque no consume lo que la televisión a través de las publicidades venden a la gran mayoría del país, el cual desaparecieron para derrocar a la Revolución Bolivariana.
También expuso que “dejará de ser esclavos del sistema capitalista que impone marcas y vende plásticos bien presentados que va en contra de la salud del venezolano”. Igualmente dijo que el Gobierno revolucionario, ha creado conciencia al incentivar la cultura de siembra desde las casas, escuelas, instituciones y espacios disponibles para la comunidad.
Por su parte, Susana Urdaneta, residente del Moralito, municipio Colón, dijo que lo que consumen sus familiares, es a base de plátanos, como alternativa ante el acaparamiento, especulación, “bachaquerismo que impuso la derecha en el país.
Dijo que elaboran recetas que sustituyen alimentos que ya no están en las cadenas de supermercados, como la harina precocida, el café, azúcar, entre otros, el cual han cambiado por más de 50 procedimientos de hacer los alimentos, como la harina de plátano, bollitos de maduro con queso, sopas con vegetales sembrados en su hogar. Mientras que las proteínas, son adquiridos a través de jornadas realizadas por la Alcaldía Bolivariana de Colón.
Escuche el trabajo especial realizado por María Ángela Montiel para RNV
