Cumbre Amazónica alcanzó avances en agenda común con naciones en desarrollo

La Declaración de Belém y el comunicado conjunto adoptado durante los dos días de Cumbre Amazónica son un paso hacia la constitución de una agenda común con los países en desarrollo que tienen bosques naturales, aspecto que alimentará el camino hacia la COP 30 a realizarse en esta misma ciudad en 2025, subrayó el presidente de la República Federativa de Brasil.

 

Al señalar aspectos del documento refrendado en Belem, destacó que la Cumbre Amazónica tuvo lugar en un momento muy diferente de las tres cumbres que la antecedieron (1989, 1992 y 2009); refiriendo que negar en la actualidad la crisis climática es una insensatez.

 

Lula Da Silva señaló que poner en relieve el bosque significa no sólo recobrar su dignidad, sino las de casi 50 millones de habitantes que viven en la Amazonia.

 

La dignidad la garantizarán, dijo, “ofreciendo oportunidades sostenibles, ingresos a través del fomento de la ciencia, tecnología, e innovación, así como la biosocioeconomía, en función de los pueblos indígenas y comunicada es con sus conocimientos ancestrales.

 

Enfatizó que el escrito reúne iniciativas muy concretas para enfrentar desafíos que comparten los ocho países amazónicos. “Vamos a trabajar juntos luchando contra la deforestación, en la creación de mecanismos financieros que respalden acciones de desarrollo, en la creación de un plan técnico-científico y creación de nuevas instancias de coordinación y participación.

 

Para tales fines – subrayó – será indispensable con la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) fortalecida con reuniones regulares.

 

Además, el Mandatario brasileño, desde el Hangar Centro de Convenciones, frente a cientos de periodistas, refirió que la cita en Belém permitió identificar enormes convergencias con naciones en desarrollo que tienen bosques tropicales, y manifestó convencido que “nuestras actuaciones conjuntas en los foros internacionales es urgente.

 

Indicó que igualmente, la reunión ratificó que los compromisos climáticos de los países desarrollados deben cumplirse.

 

En este sentido, informó sobre dos frentes de acción:

  1. Trabajar por la definición del concepto internacional de sociobioeconomia que nos permita certificar los productos del bosque y generar empleo e ingreso.
  2. Crear mecanismos que paguen de manera justa y equitativa los servicios sustentables en los bosques, con la premisa de medidas proteccionistas.

 

En sus declaraciones calificó de trabajo estupendo y como una capacidad increíble la mostrada por la sociedad civil al discutir los temas amazónicos, al también apuntar que ha sido un hecho extraordinario reunir a los presidentes “de Suramérica, países amazónicos para, por primera vez, encontrar una salida conjunta para discutir sobre fondos y decirle que no es Brasil el que necesita dinero y financiamiento, sino la naturaleza”.

 

Exigió que “el desarrollo industrial que llevaron a cabo durante 200 años y que ha contaminado el mundo, ahora lo tienen que pagar, su parte, para que nosotros repongamos lo que han arruinado”.

 

En este encuentro la Amazonia le habló al mundo, “dándole una respuesta al mundo de lo que necesitamos, puntualizó diciendo que Brasil cómo sede de este encuentro en el que participaron “30 mil personas, continuará dialogando con la sociedad civil”.

 

 

 

T/Prensa Presidencial