Un total de “11 barcos rusos y chinos” operaban cerca de las islas Aleutianas, un archipiélago que se extiende desde Alaska hasta Asia a lo largo de casi 2000 kilómetros del mar de Bering, y en respuesta a esta acción cuatro destructores de la Marina norteamericana fueron enviados a esta zona, aunque el Comando Norte de Estados Unidos (EE. UU.) afirmó que la patrulla naval se mantuvo en aguas internacionales y no representó una amenaza directa.
Expertos en seguridad internacional señalan que esta flotilla representa la mayor manifestación de poder cerca de territorio estadounidense, lo que agrega una capa adicional de tensión en medio de la actual crisis entre Rusia y Ucrania, así como las crecientes tensiones entre EE. UU. y China en relación con Taiwán.
El capitán retirado de la Marina y analista de la Heritage Foundation, Brent Sadler, consideró que la proximidad de la flotilla a Alaska fue una maniobra altamente provocativa dada la situación geopolítica actual.
Aunque la flotilla estaba en aguas internacionales, la atención se centra ahora en las implicaciones de esta audaz operación conjunta y su impacto en el equilibrio de poder en la región ártica.
Un barco de la Guardia Costera de EE. UU., que realizaba una patrulla de rutina en el mar de Bering, fue el que detectó buques de China y Rusia frente a Alaska.
Este incidente marca la tercera incursión consecutiva de buques de la armada china en aguas cercanas a las islas Aleutianas, lo que subraya la importancia estratégica de Alaska en la seguridad nacional de la Casa Blanca.
Por su parte, China argumenta que esta patrulla conjunta no tiene la intención de amenazar a terceros y que es parte de su plan anual de cooperación militar con Rusia. La creciente cooperación entre Pekín y Moscú ha suscitado preocupaciones en Occidente sobre su influencia global, en el contexto de un nuevo orden mundial que se prevé en el futuro cercano.
T/Hispantv