El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, resaltó que “intentaron enterrarme vivo y aquí estoy para gobernar este país en una situación muy difícil, pero sé que con la ayuda del pueblo volvamos a vivir de manera armoniosa”.

Así lo expresó Lula da Silva en su discurso luego de ser elegido como jefe de Estado del Gigante Suramericano, donde consideró que tuvo un proceso de resurrección en la política brasileña; además, aseguró que “blancos, negros e indígenas tendrán las mismas oportunidades”.

Resaltó que la contienda electoral puso cara a cara dos proyectos de país contrapuestos, y que hoy tiene un único y gran vencedor: el pueblo brasileño.

Lula aseveró que esto no es una victoria para él, ni para el Partido de los Trabajadores, ni para los partidos que me apoyaron en campaña: “Es la victoria de un inmenso movimiento democrático que se formó, por encima de los partidos políticos, los intereses personales y las ideologías, para que la democracia saliera victoriosa”.

Del mismo modo, comentó que en este histórico 30 de octubre, la mayoría del pueblo brasileño dejó claro que quiere más, no menos, democracia “el pueblo brasileño demostró hoy que quiere más que ejercer el derecho sagrado de elegir quién gobernará su vida, quiere participar activamente en las decisiones gubernamentales”.

Dijo estar seguro de que el pueblo brasileño “quiere vivir bien y comer bien. Quiere un buen trabajo, un salario que siempre se reajuste por encima de la inflación, quiere tener salud pública y educación de calidad. Quiere libertad religiosa. Quiere libros en lugar de armas. El pueblo brasileño quiere recuperar la esperanza”.

Respecto al área económica, Lula dijo que “la rueda de la economía volverá a girar con los pobres como parte del presupuesto. Con apoyo a pequeños y medianos productores rurales, responsables del 70% de los alimentos que llegan a nuestras mesas. Con todos los incentivos posibles para los micro y pequeños empresarios”.

Comentó que tiene el reto de reconstruir el país en todas sus dimensiones: la política, económica, gestión pública, concordia institucional, relaciones internacionales y, sobre todo, en la atención a los más necesitados.

Destacó que fortalecerá las políticas de combate a la violencia contra la mujer, y garantizará que ellas ganen el mismo salario que los hombres en el ejercicio de la misma función.

El nuevo presidente de Brasil, asumió que el compromiso más urgente es volver a acabar con el hambre “o podemos aceptar como normal que millones de hombres, mujeres y niños en este país no tengan qué comer, o que consuman menos calorías y proteínas de las necesarias”.

T/VTV